Xavi Hernández, extécnico del Barcelona, reconoció que su profunda vinculación emocional con el club jugó en su contra durante su gestión entre 2021 y 2024. “Quizás fui demasiado emocional, pero esta experiencia fue una gran lección”, admitió en una entrevista para France Football.

El entrenador hizo autocrítica, señalando errores en su gestión diaria, como la forma en que manejó la salida de Sergio Busquets, lo que lo llevó a optar por un mediocampo ofensivo que no siempre fue efectivo. A pesar de los desafíos, reivindica su trabajo al frente del equipo, recordando que el Barcelona atravesaba una de sus peores crisis cuando asumió el cargo.

Xavi también identificó la salida de Mateu Alemany y Jordi Cruyff como un golpe que afectó gravemente el proyecto deportivo. “Mi primer año y medio fue muy bueno gracias a ellos. Ganamos la Liga y la Supercopa de España, pero después los resultados bajaron”.

Más allá de los títulos, el exentrenador se siente orgulloso de haber apostado por la nueva generación de jugadores como Fermín López, Lamine Yamal, Pau Cubarsí y Alejandro Balde, quienes hoy destacan en el equipo dirigido por Hansi Flick. “Representan el futuro del club”, aseguró.

De cara al futuro, Xavi confirmó su intención de volver a entrenar el próximo verano, abierto a proyectos tanto de clubes como de selecciones nacionales. “Quiero ganar la Champions, la Eurocopa, el Mundial. ¿Por qué no entrenar a otro equipo de LaLiga?”, planteó.

El técnico se define como un admirador del juego de posesión, siguiendo de cerca a Pep Guardiola, Arne Slot, Vincent Kompany, Xabi Alonso, Mikel Arteta, Roberto De Zerbi y Luis Enrique, además de mostrar interés por las ligas de Catar, Arabia Saudí y Portugal.

En su faceta como jugador, Xavi aseguró haber superado sus sueños de infancia. Destacó su foto con Messi e Iniesta en el podio del Balón de Oro 2010 como un símbolo del legado del Barcelona. “No sé si fuimos el mejor equipo de la historia, pero solo estar entre los cuatro o cinco mejores ya es un privilegio enorme”.