2.4 % caída de la mano factura en Febrero
El retroceso se atribuye a la precaución generalizada en la economía, tanto de los consumidores como de los inversionistas, debido a la política arancelaria de Estados Unidos.
La actividad manufacturera en México perfila un mayor deterioro en el segundo mes de este año, con una caída anual estimada de 2.4 por ciento, que representaría la más significativa en casi un año, desde marzo de 2024, con base en cifras originales.
Analistas prevén que esta actividad se mantendrá débil en el futuro próximo debido a la incertidumbre y cautela predominantes en la coyuntura actual, principalmente afectadas por la política arancelaria de Estados Unidos.
Si se concreta el descenso anticipado por el Indicador Mensual Oportuno de la Actividad Manufacturera (IMOAM) del INEGI, la industria manufacturera acumularía cuatro meses consecutivos de contracción. Este dato se suma al deterioro en otros indicadores relacionados con esta actividad, como el empleo y la confianza empresarial.
Rodolfo Ostolaza, subdirector de Estudios Económicos de Banamex, señaló que la actividad manufacturera se ha desacelerado por diversas razones, que en términos generales están vinculadas a la precaución generalizada en la economía, tanto de los consumidores como de los inversionistas.
Explicó que esta precaución está relacionada directamente con el tema arancelario. Aunque existe una fecha clave a considerar a inicios de abril, referente a la posible imposición de mayores aranceles a México por parte de Estados Unidos, los efectos ya se están observando.
“Desde marzo tenemos activo el 25 por ciento en aranceles sobre el 40 por ciento de nuestras exportaciones, ya que esta es la cantidad de productos que no cumplen con el T-MEC”, agregó.
En retroceso
La actividad manufacturera habría extendido su debilidad por cuarto mes consecutivo, según estimó el INEGI. Esto fue corroborado con la caída del indicador PMI de México, que está alineado con la desaceleración observada en Estados Unidos.
Otro factor que impacta en el sector es el desempeño de esta actividad en Estados Unidos, que según Ostolaza, no ha logrado despegar. Este fenómeno tiene un efecto negativo implícito para México, ya que es proveedor de insumos para las manufacturas estadounidenses.
Para Humberto Calzada, economista en jefe de Rankia Latam, el declive en Estados Unidos es evidente. “Este indicio se refleja en el dato de las ventas minoristas, que muestran una contracción y afectan indirectamente el desempeño nacional, dado que México es un proveedor directo”, afirmó.
Por ello, la caída en la actividad manufacturera en el vecino del norte durante marzo, según un índice elaborado por S&P Global, resulta desfavorable para México.
Nearshoring y expectativas
Un punto importante que genera proyecciones negativas para la manufactura nacional está relacionado con el nearshoring. El optimismo sobre esta estrategia, que predominó el año anterior, ha disminuido.
“La relocalización generada a nivel mundial se creía que traería una inversión significativa a México, pero esto no ha sucedido”, indicó Janneth Quiroz, directora de análisis económico y bursátil de Grupo Financiero Monex.
Dentro del sector manufacturero, las industrias que han mantenido mayor dinamismo son aquellas orientadas al mercado interno. Sin embargo, es probable que la inversión privada y el consumo privado se enfrenten a una desaceleración próximamente.
“Esperamos que sectores como el alimentario, que se había desarrollado positivamente, reduzcan ahora su ritmo de crecimiento. Asimismo, el equipo de transporte, que fue un gran detonante el año pasado con la exportación de autopartes y automóviles, no está mostrando el mismo desempeño en 2025”, estimó Ostolaza.
Aranceles serán clave
Mirando hacia el futuro, será crucial para la industria manufacturera que la amenaza de aranceles por parte de Estados Unidos comience a disiparse.
Según Janneth Quiroz, los retos hacia adelante en las manufacturas están ligados principalmente a los términos de la relación comercial con Estados Unidos, que se definirán en las próximas semanas.
“La revisión del T-MEC añadiría confianza al sector. Modificar los términos lo más pronto posible y continuar integrando las cadenas productivas de los socios comerciales sería un motor clave para impulsar el crecimiento”, señaló.
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