Durante la cena previa al CEO Dialogo, los asistentes expresaron su preocupación por el doble discurso del Gobierno, centrado en el secretario de Economía. En privado, Ebrard prometió varias veces matizar la reforma, pero en su discurso de anoche criticó al Poder Judicial, como si la nueva normativa aprobada por Andrés Manuel López Obrador fuera la respuesta a algún tipo de problemática.

Además, los asistentes se sorprendieron por la prisa del nuevo Gobierno en impulsar una reforma eléctrica que violaría el T-MEC, especialmente en lo referido a las cuotas de mercado asignadas a los privados y a la CFE.

Hubo otras cuestiones paralelas que no contribuyeron. Una hora antes de la cena, Katherine Tai, representante comercial de la Casa Blanca, cuestionó la seguridad jurídica en México. Tai, quien rara vez da entrevistas, aprovechó para explayarse en Bloomberg, evidenciando la ausencia de funcionarios de peso de la administración demócrata en el CEO Dialogue. Del gobierno de Joe Biden, solo estuvo presente el embajador Ken Salazar, quien dejará su puesto incluso si Kamala Harris gana el próximo 5 de noviembre. Estos eventos parecen funcionar como sus compromisos de despedida.

Los empresarios también se sorprendieron por la prisa del nuevo Gobierno en impulsar una reforma eléctrica que violaría el T-MEC, especialmente en lo referido a las cuotas de mercado asignadas a los privados y a la CFE.

Otras dos señales complicadas surgieron. Ricardo Monreal, en una entrevista, incluyó al IFT entre los organismos autónomos a desaparecer, justamente el que más protegido se encuentra por el T-MEC. Además, el SAT emitió una reglamentación que afecta al sector exportador y complica sus márgenes de utilidades, publicada sin aviso preliminar alguno.