Claudia Sheinbaum descarta visita a Trump tras el tropiezo diplomático de Milei en Washington: el oficialismo mexicano opta por distancia estratégica
La reciente visita del presidente argentino Javier Milei a Estados Unidos, marcada por desencuentros y gestos de desdén por parte de Donald Trump, ha tenido repercusiones más allá del Río de la Plata. En México, la administración de Claudia Sheinbaum ha tomado nota del episodio y decidió evitar una reunión bilateral con el mandatario estadounidense en Washington, reforzando una estrategia de prudente distancia frente al líder republicano.
Un viaje que dejó más dudas que certezas
El viaje de Milei, que pretendía consolidar la relación con Trump y obtener respaldo financiero, terminó en un fiasco diplomático. La esperada reunión entre ambos no se concretó, y la delegación argentina abandonó el evento “American Patriots” en Mar-a-Lago antes de la llegada de Trump, en medio de tensiones con los organizadores. A esto se sumó el condicionamiento explícito del apoyo económico a un triunfo opositor en las elecciones legislativas argentinas, lo que fue interpretado como una injerencia directa en asuntos internosInfobae.
Además, la narrativa anti-China que Milei llevó a Washington —instando a distanciarse del principal socio comercial argentino— encendió alarmas en México. Aunque Sheinbaum comprende las presiones geopolíticas, prefiere manejar la relación con China de forma discreta y pragmática, como lo hizo recientemente con el sector automotor.
Lecciones desde el Salón Oval
La experiencia de Milei no es aislada. En febrero, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski fue recibido en la Casa Blanca, pero su encuentro fue saboteado por el vicepresidente JD Vance, quien lanzó críticas que eclipsaron la reunión. Antes, Justin Trudeau vivió su propio desencuentro en Mar-a-Lago, donde Trump bromeó con “anexar Canadá”, y poco después el premier anunció su retiro.
Estos episodios han cimentado una tesis en Palacio Nacional: la cercanía con Trump suele traducirse en una pérdida de autonomía y capital político para el visitante, mientras el expresidente estadounidense emerge fortalecido en su narrativa interna.
Diplomacia en terreno neutral
Con estos antecedentes, Sheinbaum ha optado por evitar una visita directa a Washington. En su lugar, se contemplan escenarios multilaterales como la Cumbre de las Américas en República Dominicana, aunque la presidenta mexicana ya confirmó que no asistirá. Lula Da Silva, por su parte, evalúa un encuentro con Trump en Medio Oriente o en el mismo foro continental, manteniendo también una postura cautelosa.
La estrategia mexicana se alinea con una diplomacia que prioriza la soberanía, evita protagonismos innecesarios y busca preservar relaciones multilaterales sin caer en alineamientos ideológicos. En tiempos de polarización global, Sheinbaum apuesta por el equilibrio, observando con atención los errores ajenos para no repetirlos.
Milei fue a Washington buscando dólares y terminó recibiendo desdén, condiciones electorales y una clase exprés de cómo Trump convierte a sus aliados en peones. Claudia tomó nota: mejor evitar el abrazo del oso naranja. Si el plan era mostrar liderazgo regional, salió como extra en un reality de humillaciones diplomáticas.