El papa León XIV inicia visita al Líbano para promover paz y solidaridad en Medio Oriente
La llegada a Beirut
El papa León XIV arribó este domingo a Beirut para iniciar una visita de tres días al Líbano, en medio de un contexto marcado por la tensión regional y los recientes conflictos en Medio Oriente. Se trata de la segunda etapa de su primer viaje internacional desde que fue elegido en mayo, tras su paso por Roma y encuentros previos con líderes europeos.
Agenda del pontífice
Durante su estancia, el Papa tiene previsto:
• Reunirse con líderes políticos libaneses para abordar la crisis institucional y económica que atraviesa el país.
• Encabezar un encuentro interreligioso con representantes cristianos, musulmanes y drusos, en un esfuerzo por fortalecer el diálogo y la convivencia.
• Celebrar una misa multitudinaria en el paseo marítimo de Beirut, donde se espera la asistencia de miles de fieles.
• Dialogar con jóvenes sobre la importancia de la paz y la solidaridad en una región marcada por la violencia y la migración.
El contexto regional
El Líbano enfrenta una de las peores crisis económicas de su historia, con altos niveles de inflación, desempleo y migración forzada. Además, la tensión política interna y la influencia de actores regionales como Siria e Irán han complicado la estabilidad del país. La visita del Papa busca enviar un mensaje de esperanza y reconciliación, en un momento en que la comunidad internacional observa con preocupación la fragilidad del Estado libanés.
La gira de León XIV no solo tiene un carácter pastoral, sino también político: el Vaticano busca posicionarse como mediador en un Medio Oriente convulsionado. El encuentro interreligioso en Beirut será clave para medir el alcance de su mensaje en una región donde las fracturas religiosas y políticas han sido fuente de conflicto durante décadas.
La visita del papa León XIV al Líbano representa un gesto de solidaridad y un llamado a la paz en un país que simboliza las tensiones del Medio Oriente. Su presencia busca abrir espacios de diálogo y tender puentes entre comunidades divididas, reafirmando el papel del Vaticano como actor diplomático y espiritual en la región.
