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Entre tribunales y acuerdos: el incierto destino de ‘El Mayo’ Zambada Justicia negociada

Nueva York, 11/06/2025 (EFE).— El juez federal Brian M. Cogan, quien supervisa el juicio por narcotráfico contra Ismael ‘El Mayo’ Zambada, ha fijado la próxima audiencia del acusado para el 25 de agosto. La decisión llega luego de una solicitud conjunta de la Fiscalía y la defensa, quienes pidieron posponer el encuentro judicial por al menos 60 días.

La petición, entregada este miércoles, argumenta la necesidad de tiempo adicional para intercambiar nuevas pruebas y discutir una posible negociación antes del juicio. Zambada, de 77 años, enfrenta 17 cargos relacionados con el tráfico de drogas, delincuencia organizada y lavado de dinero, lo que podría derivar en una condena de pena de muerte.

Un proceso legal marcado por aplazamientos

El juicio contra el cofundador del Cártel de Sinaloa ha sido objeto de múltiples retrasos. La audiencia previa, originalmente programada para el 22 de abril, fue trasladada al 16 de junio a petición de su defensa. Ahora, la fecha vuelve a cambiar, fijándose para el 25 de agosto, lo que refleja la complejidad del caso.

Mientras tanto, la evaluación del Gobierno sobre una posible petición de pena capital sigue en curso. Fuentes cercanas al proceso sugieren que el acusado podría buscar un acuerdo de culpabilidad para evitar un juicio con riesgo de sentencia de muerte.

El intento de repatriación de Zambada

En febrero, Zambada envió una carta al Gobierno mexicano solicitando su repatriación, con el argumento de que su detención en julio de 2024 fue producto de un engaño. En la misma misiva, el acusado expresó su temor a enfrentar la pena máxima en EE.UU. y apeló a las autoridades mexicanas para intervenir.

A la par, la Fiscalía ha señalado que cualquier acuerdo de culpabilidad deberá ajustarse a las regulaciones de la Ley de Procedimientos de Información Clasificada (CIPA). Esta legislación, vigente desde 1980, establece mecanismos para el manejo de información clasificada en juicios penales federales, lo que añade otra capa de complejidad al proceso.

Una justicia moldeada por los intereses

La prolongación de este caso y la aparente disposición de las partes para negociar revelan un aspecto recurrente en los procesos judiciales de alto perfil: la justicia no es siempre una cuestión de pruebas, sino también de conveniencia. La posibilidad de un acuerdo entre la defensa y la Fiscalía sugiere que, más allá de la búsqueda de una condena ejemplar, existen intereses en juego, tanto políticos como estratégicos.

¿Será este otro proceso donde el peso de las negociaciones supere el rigor de la justicia? La historia judicial de casos similares parece indicar que sí.