Las autoridades confirmaron la muerte de tres personas, incluido el asaltante, mientras otros seis resultaron heridos, tres de ellos de gravedad.
El tiroteo se produjo horas antes del inicio de la ceremonia inaugural del Mundial 2023 de Nueva Zelanda y Australia, a la que acudirán diversas personalidades y autoridades, y del primer partido del torneo, cuando las coanfitrionas neozelandesas recibirán a Noruega.
El primer ministro de Nueva Zelandia, Chris Hipkins, precisó en rueda de prensa que no se trata de una “amenaza a la seguridad de Nueva Zelanda” y que el torneo “se desarrollará según lo previsto”.
El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, y la secretaria general, Fatma Samoura, han estado en comunicación con las autoridades y “constante contacto” con los equipos afectados, remarca el comunicado del ente deportivo

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