Las negociaciones que lidera Gustavo Petro, el presidente de Colombia en Bogotá junto a 20 países del todo el mundo para alcanzar una serie de acuerdos que permitan lograr la paz en Venezuela y una salida negociada a la crisis podrá traer buenas noticias para el país caribeño, pero negativas para el líder de la oposición Juan Guiadó, quien se encuentra en Estados Unidos en el medio de un limbo por su futuro político.


Este martes pasado el presidente colombiano Petro logró reunir a 20 delegaciones, entre las que se encuentra una importante comitiva de los Estados Unidos, para pactar una serie de medidas internacionales que permitan reactivar al mes de diálogo instalada en México el año pasado o bien constituir un nuevo mecanismo, con posible sede en Bogotá, que permita, por un lado, realizar elecciones presidenciales libres y justas en 2024; y, por el otro, levantar las sanciones económicas que pesan sobre Caracas.


En ese marco, Guaidó llegó a Colombia este lunes «a pie», como detalló él mismo, a través de un cruce fronterizo ilegal con Venezuela con el objetivo de participar de la cumbre y mantener reuniones con las delegaciones internacionales. Esto generó, primero, el repudio de las autoridades anfitrionas que detallaron que el líder de Voluntad Popular no podía participar de la misma por no estar invitado y la expulsión del país por entrar de manera «irregular».


«Entró de forma inapropiada y en Colombia cumplimos las leyes», manifestó el canciller colombiano Álvaro Leyva horas antes de que Guaidó tomara un avión con destino a Miami, donde se encuentra actualmente. «Simplemente entra con su pasaporte y pide asilo. Con mucho gusto se le hubiera ofrecido. No tiene por qué entrar ilegalmente al país. Se le ofreció el permiso de tránsito, no se le deportó de regreso a su país y con el permiso de EE. UU. voló hacia ese país», detalló el propio Petro.

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