El 2 de julio de 2005, el mundo fue testigo de un evento sin precedentes en la historia de la música y la solidaridad global. En los países del G8 (Grupo de los Ocho) y Sudáfrica, se llevaron a cabo los conciertos benéficos Live 8, una serie de recitales organizados con el objetivo de exigir el fin de la pobreza en el mundo. Este evento, inspirado en el legendario Live Aid de 1985, reunió a algunos de los artistas más influyentes de la época, quienes donaron su tiempo y talento para apoyar una causa noble.

Los conciertos Live 8 se celebraron simultáneamente en varias ciudades, incluyendo Londres, París, Berlín, Roma, Filadelfia, Tokio y Johannesburgo. Artistas como U2, Madonna, Paul McCartney, The Who y muchos otros subieron al escenario para transmitir un mensaje de esperanza y unidad. La iniciativa buscaba presionar a los líderes del G8 para que tomaran medidas concretas contra la pobreza y la deuda externa de los países más necesitados. Aunque el impacto político de Live 8 sigue siendo objeto de debate, el evento logró movilizar a millones de personas y generar una conciencia global sobre la importancia de la solidaridad y la justicia social.