México y su Dependencia del Gas Natural: Una Bomba de Tiempo
Casi no se está hablando de esta bomba de tiempo. Si la política energética fuera un juego de ajedrez , sin duda alguna México estaría jugando sin la Reyna.
El país solo tiene gas para dos días y medio y Trump lo sabe.
En 2024, la producción natural de gas cayó al nivel más bajo en 21 años. México le compra a EE.UU. 6,408 millones de pies cúbicos diarios. Dependemos en más del 70% de Estados Unidos. Traducción: si EE.UU. estornuda, México se queda sin luz.
En el complejo entramado de la política energética, México se encuentra en una posición vulnerable. El gas natural, vital para la generación de electricidad (64%) y el sector petrolero (22%), se ha convertido en un recurso crítico para el país. Sin embargo, la dependencia de México del gas natural importado de Estados Unidos ha alcanzado niveles alarmantes.
En 2018, se planteó una estrategia para almacenar cinco días de reservas de gas natural, pero el proyecto nunca se concretó. La inversión necesaria no llegó, y la iniciativa quedó en meros buenos deseos. Fuentes cercanas al Gobierno de México han revelado a Reuters que, desde la llegada de Trump, se ha intensificado la urgencia por revivir este proyecto y reducir la dependencia de Estados Unidos.
La tormenta invernal de Texas en 2021 fue un recordatorio doloroso de esta vulnerabilidad. Los apagones en el norte de México, causados por la falta de gas natural, dejaron a millones sin electricidad. No fue una experiencia agradable y subrayó la necesidad de una estrategia más sólida y autosuficiente.
Recientemente, Fitch publicó un informe que advierte que la dependencia de México del gas natural estadounidense seguirá creciendo. En el contexto de la política actual, esto representa uno de los puntos más débiles del país. La administración actual está acelerando los esfuerzos para duplicar la capacidad de almacenamiento de gas natural, con un objetivo inicial para 2030. Sin embargo, según fuentes de Reuters, la fecha se ha adelantado a 2026 debido a la presión política y económica.
México está metiendo el acelerador para duplicar su capacidad de almacenamiento. El plan original era para 2030. Según fuentes de Reuters, la fecha acaba de volverse mucho más ambiciosa por culpa de Trump: 2026.