Por Iris Hermes

El fin de la guerra parece estar lejos tanto Rusia como Ucrania considero, están decididos a llevar la guerra hasta sus últimas consecuencias.

Por un lado Rusia tiene el incentivo de que quizás llevando a cabo bombardeos sistemáticos contra infraestructuras energéticas y atemorizando a la población civil de Ucrania acaben finalmente por ceder y realizar concesiones territoriales a Rusia para así terminar con el conflicto.

Además el Kremlin tiene que contestar con mano dura a los sectores más nacionalistas del país. Por otra parte Ucrania necesita que el conflicto continúe encendido en los medios occidentales y para ello la dosis de violencia y acontecimientos tienen que ser mayores y así atraer la atención de la opinión pública occidental que en última instancia es quien mantiene viva la voluntad de los gobiernos occidentales por mantener la ayuda militar y el apoyo económico
Ucrania en otras palabras necesita que occidente siga apostando decididamente por la victoria militar y esto es lo que esta semana 33 (día 233) ha provocado una serie de acontecimientos que nos han llevado a un nuevo desastre humanitari.

El sábado 8 de octubre una explosión sacudía el puente de Kerrch dejando un sentido inutilizado y las vías del tren del puente con daños importantes, aunque menores que los del carril colapsado. Aún no se sabe a ciencia cierta cómo ocurrió el ataque, si fue un camión bomba o por si al contrario se trató de una acción por mar de algún Comando ucraniano.

Lo único que parece claro aunque el gobierno de Kiev lo niegue es que Ucrania está detrás del ataque y que no se trata de un atentado fruto de luchas entre cuerpos de seguridad rusos como sugería el asesor político de Selenski.

El puente de Kerrch es una infraestructura estratégica a través de la cual se une Crimea con el resto del territorio Ruso, y aunque Crimea se puede seguir abasteciendo por vía marítima, el golpe logístico y moral es importante de hecho el puente de Kerrch es el más largo de Europa costó 3.300 millones de dólares y es el símbolo de la anexión de Crimea a Rusia.

La respuesta rusa no se hizo esperar y el Kremlin ordenó bombardear las principales ciudades ucranianas sobre las que cayeron más de 100 proyectiles entre misiles crucero y drones suicidas.

Una vez más sin aportar pruebas de lo propagado Ucraniana hizo su trabajo alegando que estos bombardeos estaban ya programados desde antes del ataque al puente de Kerrch algo que no parece muy probable.

Los ataques rusos se han dirigido hacia infraestructuras estratégicas ucranianas principalmente centrales eléctricas y plantas de tratamiento de agua, también se han atacado puentes o edificios gubernamentales.

Los civiles no se han Librado y algunos proyectiles han afectado a casas o parques si esto ha sido deliberadamente, o por mala precisión de las armas rusas, sólo los rusos lo saben. A pesar de que en los últimos días los ataques rusos han bajado su intensidad está claro que la guerra ha entrado en una nueva etapa en la que las infraestructuras estratégicas para la población civil ya no son respetadas por lo que la situación sanitaria a las puertas del invierno, puede volverse más negra que nunca.

Parece que la mano de Serguei Surovikin «El Carnicero de Alepo» y nuevo comandante en jefe de las fuerzas rusas en Ucrania, ya se empieza a notar, mientras en el frente parece que todo se ha estabilizado bastante en Kherson.

Los rusos continúan haciendo todo lo posible para habilitar a sus tropas mientras se confirma que la retirada rusa del sector norte de la bolsa se hizo con bastante orden y sin dejar atrás mucho equipamiento.

Mientras en el frente de Lugansk , Rusia ha llevado a cabo pequeñas contra ofensivas para detener el avance ucraniano.

A pesar de ello los ucranianos se encuentran a tan solo 12 km de la estratégica ciudades Batove la llave del norte de Lugansk ya que es un importantísimo nodo logístico.

Por cierto, según Losses la fuente que agrupa todo el material visual de los equipos que pierde cada ejército asegura que Rusia ya ha perdido más de 7.000 vehículos entre artillería, tanques blindados, aviones, helicópteros, camiones y otros vehículos militares.

Si algo está claro es que cuando acabe la guerra, Rusia tardará muchos años en recuperarse por poner un ejemplo, Rusia ha anunciado que reparará 800 tanques T-62 de los años 60 durante los próximos tres años.

Dicho en otras palabras parece que no tienen capacidad para producir tanques nuevos a un ritmo decente quizás por eso Bielorrusia ha dado un paso al frente para defender a su aliado ruso.

El régimen de Lukashenko ha enviado unos cuantos T-62 a Ucrania y ha anunciado la formación de un Batallón conjunto con Rusia para defender la seguridad de su país.
Las preguntas de la semana es se atreverá a Lukashenko a meter tropas en Ucrania? y si es así que hará la OTAN con Bielorrusia.

Recordemos que Bielorrusia hace poco se enfrentó a una ola de protestas contra su régimen que el ejército bielorruso no es muy partidario de ir a la guerra y que luchando junto a Ucrania hay un montón de opositores adquiriendo una impagable experiencia militar.

Lukashenko no debe tomar malas decisiones más que se ha votado en la ONU una resolución para los referéndums de anexión a Rusia en las provincias Ucranianas los resultados son 143 a favor con 33 abstenciones y cinco en contra, y estos son Corea del Norte, Nicaragua, Siria, Bielorrusia y la propia Rusia.
Por último tenemos una noticia de mucho interés, y es que después de que la OPEP la Organización de Países Productores de Petróleo acordaron a reducir su producción para subir los precios del crudo la administración de Biden le ha leído la cartilla a Mohamed Bin Salman príncipe heredero de Arabia saudí. Biden ha dicho que Estados Unidos revise sus acuerdos con Arabia saudí a lo que Arabia contesta rebajando la tensión diciendo que bueno que en diciembre volverán a subir la producción del crudo.

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