Sheinbaum en el G7: diplomacia multilateral, acuerdos comerciales y una llamada que no fue cumbre
Kananaskis, Canadá. En el marco de la 51ª Cumbre de Líderes del G7, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, consolidó su perfil internacional con una intensa agenda diplomática que incluyó avances en la modernización del tratado comercial con la Unión Europea, reuniones bilaterales con líderes de Asia y una conversación telefónica con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien abandonó el foro por la crisis en Medio Oriente.
Durante su participación, Sheinbaum sostuvo un encuentro con António Costa, presidente del Consejo Europeo, y Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, con quienes acordó que el tratado comercial actualizado entre México y la UE se firmará a principios de 2026. La mandataria extendió una invitación formal a Von der Leyen para visitar México en octubre, donde se anunciarán los detalles del acuerdo.
En paralelo, la presidenta mexicana se reunió con el primer ministro de la India, Narendra Modi, con quien acordó fortalecer la cooperación en sectores estratégicos como la farmacéutica, la innovación digital y los semiconductores. También dialogó con el presidente de Corea del Sur, Lee Jae-myung, sobre inversiones tecnológicas y las tensiones arancelarias entre México y Estados Unidos, que podrían afectar a empresas surcoreanas instaladas en territorio mexicano.
Sin embargo, el esperado cara a cara con Donald Trump se esfumó. El mandatario estadounidense abandonó el G7 de forma anticipada por la escalada del conflicto entre Israel e Irán. En su lugar, ambos líderes sostuvieron una llamada telefónica que Sheinbaum calificó como “muy buena”, en la que coincidieron en trabajar juntos en temas bilaterales urgentes.
La reunión presencial era clave, considerando el contexto de fricciones entre ambos países: la política migratoria de redadas masivas, la propuesta de imponer un impuesto del 3.5% a las remesas y la guerra arancelaria que ha tensado la relación comercial.
Así, mientras Sheinbaum tejía alianzas con Europa y Asia, el vínculo con su vecino del norte quedó en modo altavoz. Porque en la diplomacia del siglo XXI, una llamada de larga distancia parece ser suficiente para resolver guerras comerciales, crisis migratorias y hasta impuestos a las remesas. Total, ¿quién necesita una cumbre cuando hay señal?