Corral lo único que sabe hacer es gritoniar en los medios: Myriam Hernández
En un nuevo episodio de su ya conocida estrategia mediática, Javier Corral ha vuelto a hacer lo que mejor sabe: lanzar acusaciones y descalificaciones desde la seguridad de los reflectores. Esta vez, las críticas no vinieron de un político cualquiera, sino de una voz con peso: una magistrada que, sin tapujos, desenmascaró al exgobernador de Chihuahua por lo que es, según ella: un hombre que se oculta tras las faldas de quienes lo protegen y grita en los medios para mantenerse relevante.
La magistrada, harta de los desplantes y las palabras vacías de Corral, no se guardó nada. «Como siempre, es lo único que sabe hacer: gritar en medios y ocultarse en las enaguas de quien lo quiera proteger», dijo, resumiendo en una sola frase lo que muchos en Chihuahua piensan pero pocos se atreven a decir. Porque, al final del día, ¿qué capacidad tiene una persona que, al verse arrinconada, opta por la difamación en lugar de la autocrítica?
Lo cierto es que Corral, lejos de ofrecer soluciones o mostrar arrepentimiento por las controversias que lo persiguen, parece haber optado por el camino más fácil: el de victimizarse y acusar a otros de los problemas que él mismo ayudó a crear. «¿Qué calidad moral tiene esa persona para referirse a nadie, a nadie de los que seguimos trabajando aquí?», cuestionó la magistrada, poniendo en duda no solo la legitimidad de las palabras de Corral, sino también su capacidad para liderar o inspirar confianza en el ámbito político.
Es fácil lanzar dardos desde lejos, especialmente cuando uno se sabe protegido por la distancia y la cobertura mediática. Pero las palabras de la magistrada son un recordatorio de que, en Chihuahua, muchos están cansados de los gritos vacíos y las acusaciones sin fundamento. «Entonces no merece un minuto más de mi atención», sentenció, dejando claro que, para quienes realmente están comprometidos con el trabajo en el estado, Corral ya no es más que un eco distante, una figura que se desvanece en la relevancia y que, por más que intente, no puede escapar de la sombra de sus propios fracasos.
En lugar de contribuir a un diálogo constructivo o de asumir su responsabilidad por las decisiones tomadas durante su mandato, Corral parece decidido a mantener su estrategia de confrontación y distracción. Pero, como bien señaló la magistrada, el tiempo de prestarle atención a sus gritos ha pasado. Ahora, el enfoque debe estar en quienes, a diferencia de Corral, siguen trabajando para reconstruir lo que él, en parte, ayudó a desmoronar.
Al final, las palabras de la magistrada no son solo una crítica mordaz a un político en decadencia, sino un llamado a la acción para que Chihuahua deje de mirar hacia atrás y se enfoque en construir un futuro donde los gritos en los medios no tengan más poder que el trabajo honesto y dedicado de quienes realmente buscan el bienestar del estado.