La violencia en la región de la Sierra Tarahumara alcanzó un nuevo nivel de brutalidad la noche del miércoles, cuando los cuerpos de dos hombres fueron encontrados colgados en el arco principal de acceso a la cabecera municipal de Guadalupe y Calvo. Las víctimas presentaban múltiples impactos de bala y un narcomensaje atribuido a grupos del crimen organizado.

El hallazgo se dio tras un llamado de emergencia, lo que motivó un operativo conjunto de fuerzas estatales y federales en el lugar. A pesar de la movilización de seguridad, hasta el momento no se han identificado a las víctimas ni se han detenido a los responsables.

Este hecho eleva a tres los cuerpos que han sido colgados en el acceso principal del municipio en lo que va de la semana, generando un clima de terror entre los habitantes de la región. Las autoridades han señalado que estos actos estarían relacionados con una escalada de violencia entre grupos criminales que disputan el control de la zona.

El municipio de Guadalupe y Calvo, enclavado en la Sierra Tarahumara, ha sido escenario de diversos actos de violencia en los últimos meses, debido a su ubicación estratégica para el trasiego de drogas. Los habitantes de la zona, ya acostumbrados a la presencia de grupos armados, han expresado su temor ante el recrudecimiento de los ataques y la falta de control por parte de las autoridades.

La Secretaría de Seguridad Pública informó que se encuentra investigando los hechos y reforzará la presencia de fuerzas de seguridad en la región para intentar frenar la ola de violencia. Sin embargo, organizaciones civiles y defensores de derechos humanos han señalado que la impunidad y la falta de una estrategia integral agravan la crisis de inseguridad en el estado.

Con estos actos de barbarie, Guadalupe y Calvo se posiciona nuevamente como uno de los municipios más afectados por la violencia en Chihuahua, evidenciando la urgente necesidad de acciones contundentes para proteger a sus habitantes.