Duelo de gasolineras: cuando el cliente paga caro… y respira turbio
En Nonoava, Chihuahua, hay una estación de servicio que no solo vende gasolina: vende la experiencia completa de pagar más por menos. Se trata de la sucursal Circle K ubicada en Callejón A S/N, que esta semana fue exhibida por la PROFECO como una de las más caras del país. ¿Su mérito? Cobrar 24.39 pesos por litro de gasolina regular, con un margen de ganancia de 3.11 pesos. Nada mal para un municipio donde el promedio estatal es de los más bajos de México.
Pero eso no es todo. En la zona se comenta que el líquido no está precisamente limpio. Algunos usuarios reportan fallas mecánicas, olor extraño y hasta cambios de color en el combustible. ¿Gasolina premium o brebaje experimental?
La estación ocupó el séptimo lugar nacional en el listado de precios más altos, presentado durante la conferencia matutina de la presidenta Claudia Sheinbaum. Y aunque no lidera el ranking (ese honor lo tiene Petro Seven en Saltillo, con 24.99 pesos por litro), sí se lleva el trofeo local al “servicio con sobreprecio y sabor a sospecha”.
¿Gasolina o alquimia?
Mientras otras estaciones compiten por fidelizar clientes, aquí parece que el modelo de negocio es otro: vender caro, ganar mucho y que el motor aguante lo que pueda. La PROFECO ya lo dijo, pero en Nonoava lo saben desde hace tiempo: llenar el tanque puede salir caro… y turbio.