Las ideas y los valores del alma, son nuestras únicas armas; no tenemos otras, pero tampoco las hay mejores (Manuel Gómez Morín)
La historia del Partido Acción Nacional es el de una institución política democrática y defensora de las libertades ciudadanas frente al autoritarismo del Estado.
Los actores políticos a los que haremos mención, han reproducido como caja de resonancia, este planteamiento al considerar al PAN, desde su ingreso, como una oposición de vanguardia.
Germán Ávila Hernández y Ramón Sáenz Acosta han sido panistas liberales, fieles y leales a la institucionalidad –a pesar de sus amargas experiencias producto de las alquimias electorales del régimen de los 80s y 90s– en esta visión romántica del PAN,
Ávila y Sáenz han estado presentes en escenarios complejos, tanto de doctrina como de acción política, donde se muestra cómo el idealismo panista ha sido, y será la lucha de ser una oposición realmente republicana.
Hoy, Acción Nacional reconoce este esfuerzo de lucha con el merecido nombramiento como Consejeros Vitalicios a Germán Ávila Hernández y a Ramón Sáenz Acosta, dos políticos que además cuentan con una profunda formación católica, lo que los hace promotores de la doctrina social cristiana, sobre todo de los principios del bien común y de la subsidiariedad.
Es en estas épocas de cambios donde Acción Nacional requiere nuevamente de estos hombres valientes, brillantes, precisos y talentosos, que en la realidad han sido inspiradores de nuevas generaciones que nos corresponde manifestar la gloria de la democracia, una democracia que sacien la sed de libertad, que nutran el hambre del respeto por las instituciones, democracia que está dentro de nosotros brillando como luz interior, luz que nos desborde inconscientemente para ser ejemplo de otras personas y que estas hagan lo mismo. Acción Nacional vuelve a requerir de los Germán y Los Ramón, pero ahora de nuestros tiempos.