Search for:
  • Home/
  • Economía/
  • Banamex advierte: el “patear el bote” se acabó.

Banamex advierte: el “patear el bote” se acabó.

El área de Estudios Económicos de Grupo Financiero Banamex alertó que la deuda bruta de México podría llegar al 60% del Producto Interno Bruto (PIB) en 2027, un nivel históricamente alto que pondría en entredicho la estabilidad fiscal del país.

Actualmente, la deuda bruta se ubica en 57.4% del PIB, según cifras de la Secretaría de Hacienda. Sin embargo, Banamex estima que el cierre de 2025 será aún mayor, con 58.1% del PIB, y que para 2026 escalará a 59.3%, hasta alcanzar el umbral crítico de 60% en 2027

¿Qué significa esta cifra?

• Deuda bruta: suma de todas las obligaciones financieras pendientes del sector público (Gobierno federal, empresas estatales y banca de desarrollo).
• Deuda neta: deuda bruta menos los activos financieros líquidos del país.


El problema, según Banamex, es que la estructura fiscal “ya no da”: los ingresos tributarios y petroleros están estancados, mientras el gasto público sigue creciendo. Esto implica que, sin reformas, el gobierno tendrá que sacrificar inversión pública o aumentar impuestos para sostener las finanzas.

Riesgo real, no opinión

El déficit proyectado para 2025 será uno de los más altos en tres décadas. Analistas advierten que el país ya no tiene margen para seguir “pateando el bote”, es decir, posponiendo decisiones estructurales. La deuda creciente limita la capacidad de inversión y compromete la credibilidad internacional de México.


El mensaje de Banamex llega en un momento de transición política y presiones sociales. Mientras el discurso oficial insiste en que la deuda está “bajo control”, los números muestran lo contrario: México se acerca a un límite que podría obligar a medidas impopulares, como recortes de gasto o nuevas cargas tributarias.

La advertencia no es un pronóstico catastrofista, sino un cálculo técnico: si no hay cambios, el 60% del PIB será deuda en 2027. Y en economía, los números pesan más que las narrativas.

El gobierno presume estabilidad, pero las cuentas públicas ya parecen tarjeta de crédito al límite. El problema es que aquí no hay “mes sin intereses”.