Bancos mexicanos bajo presión: limpieza financiera para evitar sanciones del Tesoro
Redacción por César Olvera
Depuración silenciosa: México acelera el cierre de cuentas sospechosas tras visita del Tesoro de EE.UU.
La visita del subsecretario del Tesoro estadounidense, John Hurley, a la Ciudad de México detonó una ofensiva financiera sin precedentes. Bajo presión directa de Washington, los bancos mexicanos están cerrando decenas de cuentas diariamente para evitar nuevas sanciones. La Secretaría de Seguridad, encabezada por Omar García Harfuch, lidera el proceso, que se mantiene en sigilo por la implicación de figuras políticas y empresariales.

La sombra del Tesoro y el crimen organizado
La lucha contra el narcotráfico ha dejado de ser solo una cuestión de decomisos y detenciones. Ahora, el frente financiero se ha convertido en el campo de batalla más estratégico. La visita de John Hurley, subsecretario del Tesoro para Terrorismo e Inteligencia Financiera, marcó un punto de inflexión. Su mensaje fue claro: si México no colabora en cerrar el acceso de los cárteles al sistema financiero, las sanciones se intensificarán.
Hurley, en su primera misión internacional desde que asumió el cargo, se reunió con funcionarios del gobierno mexicano y representantes del sector bancario. En cada encuentro, reiteró que el Tesoro no sancionará nuevas entidades —como ya ocurrió con Vector, CI Banco e Intercam— siempre y cuando se acelere la depuración de cuentas sospechosas.
El rol de García Harfuch: poder sin contrapesos
La Secretaría de Seguridad, junto con el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), ha tomado el control del proceso. Según fuentes del sector financiero, las decisiones sobre qué cuentas cerrar se toman directamente en el despacho de Omar García Harfuch. No pasan por la Fiscalía General de la República (FGR), ni por los comités de cumplimiento de los bancos, ni por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).
Los bancos simplemente notifican a los titulares que sus cuentas han sido cerradas y que pueden recoger un cheque con sus fondos. Desde la visita de Hurley, se estima que se cierran cerca de 100 cuentas por día, muchas de ellas vinculadas a personas con relevancia política o empresarial.
Efecto congelamiento: aspiraciones en pausa
El cierre de cuentas, al igual que la cancelación de visas o una acusación formal en Estados Unidos, se ha convertido en un mecanismo de disuasión política. Varios aspirantes a cargos públicos han visto sus planes truncados por aparecer en listas confidenciales que circulan entre agencias de inteligencia.
La acumulación de información en la Secretaría de Seguridad ha generado un sistema paralelo de control político, donde la reputación financiera se convierte en moneda de cambio.
Impacto en el sector financiero: operaciones en suspenso
La ofensiva financiera ha congelado grandes movimientos en el sector bancario. La salida a bolsa de Banamex, la venta del negocio minorista de HSBC y el desembarco de la fintech brasileña Nu como banco formal están en pausa. La venta de Vector Casa de Bolsa, que hace dos meses despertó interés de firmas como XP de Brasil, se mantiene en total sigilo.
Los bancos, por ahora, operan bajo una lógica de contención: evitar cualquier vínculo que pueda ser interpretado como complicidad con el crimen organizado.
Limpieza forzada, cooperación condicionada
México se encuentra en una etapa de depuración financiera sin precedentes, impulsada por la presión directa del Tesoro estadounidense. Aunque el proceso carece de transparencia judicial, ha sido efectivo para evitar sanciones mayores. La figura de García Harfuch emerge como clave en esta arquitectura de control, mientras el sector financiero navega en aguas inciertas.