Diputados aprueban reforma “suavizada” al IEPS: el azúcar se negocia, la salud se promete
Ciudad de México, 17 de octubre de 2025
En una sesión maratónica que culminó en la madrugada del viernes, la Cámara de Diputados aprobó en lo general la reforma a la Ley del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), incorporando un acuerdo con la industria refresquera que suaviza el aumento originalmente propuesto. Con 337 votos a favor, 126 en contra y cero abstenciones, la iniciativa fue turnada al Senado para su discusión final.
La propuesta inicial contemplaba elevar la cuota del IEPS para bebidas saborizadas de 1.6451 a 3.018 pesos por litro, incluyendo aquellas con edulcorantes añadidos. Sin embargo, tras negociaciones entre funcionarios de Hacienda, Salud, legisladores de Morena y representantes empresariales, se acordó reducir el impuesto a 1.5 pesos por litro para bebidas light y zero.
A cambio, las refresqueras se comprometieron a reformular productos, lanzar nuevas presentaciones con porciones más pequeñas, ampliar su portafolio de bebidas sin azúcar y limitar la publicidad dirigida a menores. También se comprometieron a dejar de promover versiones de alto volumen y a aplicar medidas de autorregulación publicitaria.
Durante la conferencia matutina, el subsecretario de Salud, Eduardo Clark, defendió el acuerdo como una medida que busca mejorar la salud pública. “Estamos tomando esta decisión porque creemos que con el acuerdo que estamos logrando el día de hoy […] podemos tener un México más sano que el que teníamos con la propuesta original”, afirmó.
Por su parte, el senador Ricardo Monreal negó que se tratara de un “cabildeo en lo oscurito”, asegurando que el diálogo fue abierto y con participación de todos los sectores involucrados.
Además del IEPS a bebidas azucaradas, la reforma incluye un incremento del 8% al impuesto sobre videojuegos violentos y mantiene el gravamen al tabaco. Estas medidas forman parte del Paquete Económico 2026 y serán discutidas próximamente en el Senado.
Qué reconfortante saber que el azúcar se negocia como si fuera petróleo, y que la salud pública depende de la buena voluntad de las refresqueras. Porque claro, nada dice “compromiso con el bienestar” como permitir que las mismas empresas que nos llenan de calorías vacías se autorregulen. Y si no cumplen, el gobierno “se reserva el derecho” de molestarse… el próximo año. ¡Salud!