La Reserva Federal (Fed) y el Banco de México (Banxico) mantuvieron sus posturas restrictivas ante la inflación, que sigue siendo un problema global.


En su discurso en el Simposio de Jackson Hole, el presidente de la Fed, Jerome Powell, reconoció que la inflación estadounidense no se está desacelerando como se esperaba, lo que podría justificar un mayor endurecimiento de la política monetaria.


En particular, Powell dijo que el rubro de servicios está generando mayor preocupación entre los funcionarios de la Fed. Esto se debe a que el gasto de consumidores en una amplia gama de servicios, como restaurantes, viajes y entretenimiento, sigue siendo fuerte. Además, el mercado laboral estadounidense está «tenso», con una tasa de desempleo cercana a su nivel más bajo en décadas.


Por su parte, el Banxico también mantuvo su tasa de interés de referencia en un 7.0% en su última reunión. Los funcionarios del banco central mexicano se mantuvieron en alerta por las presiones inflacionarias y descartaron un pronto recorte a la tasa. Incluso, desde una de las participaciones se planteó que no era descartable pensar en un ajuste más fuerte.

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