Presupuesto 2026: Sheinbaum promete disciplina fiscal, rescate a Pemex y bienestar sin impuestos… otra vez
Por César Olvera:
Este lunes, la presidenta Claudia Sheinbaum presentó los ejes del primer paquete presupuestal de su administración, que será entregado por el secretario de Hacienda, Edgar Amador, a las 17:00 horas en la Cámara de Diputados. El documento, que define el rumbo económico para 2026, promete mantener la consolidación fiscal, rescatar a Pemex de su deuda histórica y garantizar todos los programas sociales… sin subir impuestos.
Durante su conferencia matutina, Sheinbaum aseguró que el déficit fiscal se reducirá de cerca del 6% a 3.9%. Aunque no ofreció cifras concretas, sí reiteró que el presupuesto contempla el pago de vencimientos de deuda de Pemex por más de 18 mil millones de dólares2. La presidenta atribuyó esa carga financiera al sexenio de Enrique Peña Nieto, omitiendo que la deuda con proveedores se disparó durante la gestión de Andrés Manuel López Obrador.
Dos estrategias, cero impuestos
La presidenta descartó nuevos impuestos y apostó por reforzar la recaudación a través de dos vías:
• Candados contra factureras: nuevas medidas para combatir el uso de facturas falsas, ahora considerado delito grave
• Reforma aduanera: modificaciones para aumentar el control en fronteras y puertos, con el objetivo de reducir la evasión fiscal
Además, se eliminarán beneficios fiscales a bancos en el pago al IPAB, como parte del ajuste al legado del Fobaproa.
Programas sociales blindados
Sheinbaum garantizó que todos los programas del bienestar seguirán vigentes, incluyendo becas, pensiones y apoyos a grupos vulnerables. También se contempla inversión pública, aunque el margen de maniobra será limitado por la desaceleración económica y la incertidumbre jurídica provocada por reformas recientes.
¿Disciplina o maquillaje?
El paquete presupuestal llega en un contexto complejo: desaceleración económica, presiones externas por las políticas comerciales de Donald Trump, y vencimientos de deuda que comprometen buena parte del gasto público. Aun así, el gobierno insiste en que no habrá sacrificios sociales ni aumentos tributarios.
Porque claro, en México la disciplina fiscal es como el horóscopo: todos creen en ella, pero nadie sabe bien cómo funciona. Pemex, ese paciente crónico de las finanzas públicas, vuelve a recibir terapia intensiva con cargo al presupuesto. Y mientras se renegocian deudas multimillonarias, se promete que no habrá impuestos… solo “estrategias creativas” para que el SAT se vuelva detective y las aduanas, adivinas.
La presidenta dice que todo está garantizado: los programas, la inversión, la estabilidad. Lo único que no está garantizado es que el dinero alcance. Pero eso sí, el déficit bajará mágicamente, los bancos pagarán lo que nunca quisieron pagar, y las factureras desaparecerán por decreto. ¿Milagro económico o presupuesto con efectos especiales?
Nosotros, como siempre, listos para el siguiente capítulo.