¿Sanciones patrióticas o autogol económico? Agricultores de EE.UU. podrían pagar el precio de los aranceles contra Rusia
Por César, corresponsal digital
El gobierno estadounidense ha lanzado una propuesta para aplicar aranceles del 100% a países que mantengan relaciones comerciales con Rusia como forma de presión económica por el conflicto en Ucrania. Aunque la medida busca aislar financieramente al Kremlin, expertos advierten que el mayor golpe podría no ser contra Moscú, sino contra los propios agricultores estadounidenses.
Desde el inicio de la guerra en Ucrania, EE.UU. y sus aliados han impuesto una serie de sanciones económicas contra Rusia. Sin embargo, las nuevas medidas van un paso más allá: penalizar a terceros países que comercien con productos rusos clave, lo que podría desencadenar un efecto dominó en mercados internacionales.
Investigación de campo y fuentes
El New York Times ha recopilado testimonios de analistas y representantes agrícolas que alertan sobre la dependencia de insumos rusos:
🔍 Impactos críticos identificados:
• Fertilizantes potásicos y nitrogenados, esenciales para los cultivos de maíz, trigo y soya, provienen en buena parte de Rusia. Sin ellos, la producción nacional se vería seriamente afectada.
• Platino y uranio enriquecido, insumos estratégicos para sectores energéticos e industriales, también están en riesgo.
• Precios en alza: la interrupción del comercio elevaría los costos globales de producción, afectando directamente a consumidores y agricultores.
• Inflación y mercados volátiles: economistas prevén una tormenta financiera para el agro y una presión adicional sobre la inflación alimentaria.
• Aliados en apuros: Japón y la UE, que aún comercian con Moscú, enfrentan tensiones diplomáticas con Washington por esta postura unilateral.
“No se puede castigar a Rusia sin golpear al mundo agrícola. Esto no es un tiro en el pie, es una granada en el bolsillo del overol”, señaló Thomas Bradley, representante de la Asociación de Agricultores del Medio Oeste.
“El potasio no conoce fronteras ni banderas. Es un mineral, no un conspirador”, agregó Susan Koenig, analista de comercio internacional.
Mientras el Departamento de Estado defiende la medida como “necesaria para salvaguardar la democracia global”, los productores agrícolas se preguntan si el precio de esa defensa será una cosecha fallida y una mesa más vacía para millones de estadounidenses.
Ah, claro, nada dice “estrategia brillante” como sabotear tu propio suministro de fertilizantes en plena crisis alimentaria global. Pero hey, por lo menos la política exterior estará bien abonada… con inflación.
