Asunción / Villahermosa, 15 de septiembre de 2025 — La detención de Hernán Bermúdez Requena en Paraguay ha desatado una tormenta política en Tabasco y una danza diplomática entre México, Estados Unidos y el gobierno paraguayo, aliado estratégico de Washington bajo la administración de Donald Trump.

Bermúdez Requena, exsecretario de Seguridad Pública de Tabasco y presunto líder del cártel “La Barredora”, fue capturado en una residencia de lujo en Mariano Roque Alonso, tras permanecer prófugo por siete meses. En el operativo se aseguraron joyas, relojes inteligentes y efectivo, evidencia de su intento por establecer una red criminal en Paraguay.

¿Testigo protegido en puerta?
Según fuentes cercanas al gobernador Javier May, el detenido estaría negociando con el Departamento de Justicia de EE.UU. para convertirse en testigo protegido. Esto sería posible gracias a la reciente designación del Cártel de Sinaloa como organización terrorista, lo que permite a Washington ofrecer acuerdos sin necesidad de cargos formales.

El juez paraguayo Osmar Legal, especializado en crimen organizado y con vínculos fluidos con autoridades estadounidenses, dictó prisión preventiva mientras se tramita la extradición. Sin embargo, Bermúdez rechazó la vía rápida, lo que abre una ventana de al menos 60 días para que se formalice el proceso2.

Tabasco en modo contención
En Tabasco, el gobernador May parece más aliviado que preocupado. Fuentes del gabinete aseguran que la captura fue impulsada por mandos militares y que May no desea tener al capo en territorio estatal. La administración local opera bajo un mando conjunto entre Sedena y la Secretaría de Seguridad, encabezada por Omar García Harfuch, lo que ha reducido la capacidad operativa del gobernador3.

Mientras tanto, el senador Adán Augusto López Hernández, rival político de May, presume respaldo absoluto del expresidente Andrés Manuel López Obrador, lo que añade tensión al tablero político.

¿Y el Senado?
La captura y posible negociación de Bermúdez Requena ha encendido las alarmas en el Senado, donde se discute el impacto de esta trama en la seguridad nacional y en la credibilidad del obradorismo. La posibilidad de que el exfuncionario revele vínculos entre estructuras estatales y el crimen organizado inquieta a más de uno.


Y así, mientras Bermúdez Requena decide si canta como tenor en Washington o se queda de huésped incómodo en Asunción, en Tabasco todos cruzan los dedos… no por justicia, sino por no aparecer en el coro.