Fotografia y Redaccion por: Rosam
El presidente refutó las afirmaciones del fiscal especial Robert Hur, quien mencionó dudas sobre su capacidad mental para un segundo mandato.
Apareció desencajado en una conferencia de prensa y se complicó todavía más. La edad es el tema excluyente. Un escenario cuesta arriba, a 9 meses de las elecciones.
Enojado y por momentos furioso; abrumado por los cuestionamientos y más de una vez perdido en las respuestas que pretendía dar, Joe Biden protagonizó en las últimas horas una conferencia de prensa que le hubiera convenido evitar. El presidente decidió salir a responder al lapidario informe que el fiscal especial Robert Hur elaboró sobre el punto ciego de su campaña de reelección: los aspectos relacionados con su edad, su memoria y su salud mental.
Biden tendrá 82 años en noviembre próximo cuando ponga en juego el poder ante los republicanos y, según todo indica, frente a Donald Trump. Su capacidad de cumplir con el objetivo que se fija, continuar el trabajo iniciado hace casi cuatro años, es lo que más dudas genera, tanto en el electorado como en las filas del Partido Demócrata. Sin embargo, Biden y sus colaboradores niegan de manera terminante que la edad del presidente debilite sus chances electorales o ponga en riesgo su posibilidad de cumplir con un eventual segundo mandato. Es lo que se vio en conferencia de prensa cuando el sucesor de Trump no hizo más que atentar contra su propio objetivo: el de mostrarse lúcido y fuerte.
«He visto titulares desde que se publicó el informe sobre mi retención intencional de documentos. Esta afirmación no sólo es engañosa, sino simplemente errónea», afirmó Biden en el inicio. Después, aseguró que las descripciones del informe sobre su memoria y la muerte de su hijo eran «comentarios extraños» que «no tenían cabida en este informe». Sobre la muerte de su hijo y el informe del fiscal, Biden se preguntó indignado: «¿Cómo diablos se atreve a plantear eso?».
«Mi memoria está bien», repitió una y otra vez, visiblemente enojado por la afirmación del fiscal de que el presidente había olvidado incluso la fecha en que murió su hijo Beau, en 2015, a los 46 y a causa de un cáncer cerebral.
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«Francamente, cuando me hicieron la pregunta, pensé que no era asunto suyo (…) Cada Día de los Caídos realizamos un servicio en su memoria, al que asisten amigos, familiares y personas que lo amaban. No necesito a nadie, no necesito que nadie me recuerde cuando falleció», declaró.
Mi memoria está bien. tengo buenas intenciones, soy un hombre mayor y sé qué diablos estoy haciendo.
Furioso como nunca, Biden decidió salir a defenderse en un estado que no lo beneficiaba y respondió con agresividad a los periodistas que lo acosaban con preguntas y no lo dejaban hablar. El presidente se enfrenta a un escenario adverso cuando faltan nueve meses para las elecciones presidenciales.
En respuesta a las preguntas de los periodistas sobre su memoria y le recordaban que había sugerido que 50 demócratas con posibilidad de derrotar a Trump, Biden prefirió cuestionar las conclusiones del informe y dijo que es «la persona más calificada de este país para ser presidente».
«Tengo buenas intenciones, soy un hombre mayor y sé qué diablos estoy haciendo. He sido presidente y he puesto a este país nuevamente en pie. No necesito su recomendación», dijo Biden en la Casa Blanca.
Sin embargo, incluso cuando Biden se defendió, cometió otro que generó las burlas de los republicanos en las redes sociales. Mientras hablaba de la guerra entre Israel y Hamas, se refirió erróneamente al líder de Egipto, Abdel Fattah El-Sissi, como «el presidente de México».
Si bien Biden no enfrentará cargos por mal manejo de documentos clasificados, las conclusiones del informe sobre su memoria le pegan en la línea de flotación a la campaña presidencial, basada en el mensaje de que Biden puede administrar el gobierno y salvar la democracia de la amenaza de Trump. Según publicó AP, los votantes ya llegan a las elecciones de este año con graves dudas sobre la edad de Biden , después de haber examinado sus meteduras de pata, su tos, su lentitud al caminar e incluso una caída de su bicicleta .
Furioso como nunca, Biden decidió salir a defenderse en un estado que no lo beneficiaba y respondió con agresividad a los periodistas que lo acosaban con preguntas y no lo dejaban hablar.
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La publicación del informe del fiscal Hur no cae en el vacío, sino que se inscribe en un cuadro general donde las dudas sobre la salud del presidente son, para la Casa Blanca, el elefante en el bazar. En discursos recientes, Biden se confundió en reiteradas oportunidades y afirmó erróneamente haber hablado con líderes europeos (Francois Mitterrand de Francia y Helmut Kohl de Alemania) quienes, de hecho, no habían ocupado cargos desde la década de 1990 y habían muerto hace varios años.
En un informe reciente titulado «La edad no es sólo un número. Es un problema profundo y creciente para Biden», Politico afirmó: «Quienes están en el círculo íntimo de Biden señalan que la fatiga obliga a Biden a gastar más energía en combatir su tartamudez de toda la vida y contribuye a sus deslices verbales».
Biden señaló en un comunicado emitido el jueves que había realizado cinco horas de entrevistas con el equipo de Hur durante dos días, el 8 y 9 de octubre, «a pesar de que Israel acababa de ser atacado el 7 de octubre y yo estaba en medio de manejar un conflicto internacional». crisis.»
Además, la Casa Blanca rechazó las caracterizaciones de la memoria de Biden en una carta del 5 de febrero de los abogados del presidente. La carta sostiene que la «incapacidad de Biden para recordar fechas o detalles de eventos que sucedieron hace años no es sorprendente ni inusual», particularmente sobre cuándo se empaquetaron o trasladaron ciertos documentos.
Una encuesta de NBC publicada esta semana móstró que un 76 por ciento de los votantes dicen que tienen preocupaciones importantes (62 por ciento) o moderadas (14 por ciento) acerca de la salud física y mental de Biden para iniciar un segundo mandato. Además, el 81 por ciento de los independientes y el 54 por ciento de los demócratas dicen que tienen preocupaciones importantes o moderadas sobre la aptitud de Biden para un segundo mandato.