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Diplomacia y estrategias en la relación México-EE.UU.: ¿Cooperación genuina o pragmatismo negociado?


Un encuentro con expectativas y desmentidos


El vicecanciller estadounidense Christopher Landau sostuvo una reunión clave con Claudia Sheinbaum en Palacio Nacional, destacando que habrá “más cooperación que nunca” entre ambos países. A pesar de los temas abordados sobre seguridad y crimen organizado, lo más relevante de su visita fue su negativa sobre presiones de Washington para extraditar políticos mexicanos vinculados a ilícitos. Sin embargo, persisten dudas sobre los verdaderos alcances de este acercamiento.

Acuerdos bilaterales y discursos optimistas


Landau enfatizó la continuidad de la cooperación bilateral, asegurando que ambos países comparten el interés de frenar la influencia del crimen organizado a ambos lados de la frontera. Destacó la llegada de figuras clave de la administración republicana a México en las próximas semanas para la firma de nuevos acuerdos en materia de seguridad.

Si bien el discurso del vicecanciller es alentador, el historial de relaciones México-EE.UU. sugiere que la “cooperación sin presiones” es más un ideal que una realidad. La diplomacia entre ambos gobiernos suele estar marcada por exigencias soterradas y ajustes estratégicos, particularmente en temas migratorios y comerciales.

Extradiciones y tensiones soterradas


El reporte de Reuters que insinuaba una presión estadounidense para extraditar políticos vinculados al crimen organizado fue rechazado categóricamente por Landau. Aseguró que su visita se centró en el respeto mutuo y la soberanía de ambos países. No obstante, es un secreto a voces que EE.UU. observa con lupa los movimientos de ciertos funcionarios mexicanos y no descarta tomar medidas más firmes si lo considera necesario.

A ello se suma el reciente altercado entre Landau y la consejera morenista Melissa Cornejo, quien fue amenazada con la cancelación de su visa por publicar opiniones sobre las protestas en California contra la política migratoria de Donald Trump. Aunque Washington evita confrontaciones públicas, los episodios de presión política persisten en diferentes niveles.

¿Una relación estratégica o una diplomacia de circunstancias?


La visita de Landau deja varias lecturas. Por un lado, el optimismo sobre una cooperación reforzada es un mensaje clave de la administración estadounidense. Por otro, la negativa sobre las extradiciones no significa que el tema esté descartado. En política exterior, los gestos importan, pero los acuerdos firmados y las acciones posteriores son los que realmente definen las relaciones bilaterales.

México necesita claridad en su estrategia
México debe establecer una posición firme y transparente en su relación con EE.UU., evitando depender de discursos diplomáticos sin sustancia. La cooperación puede ser positiva si se traduce en acuerdos concretos que beneficien la seguridad y estabilidad del país, más allá de conveniencias momentáneas.

Washington no presiona, solo sugiere insistentemente


“No hay presión por extradiciones”, dice Landau, mientras en círculos políticos se analiza a quién le tocará ser el próximo en la lista. La diplomacia estadounidense tiene un talento especial para negar lo evidente mientras sigue avanzando en sus objetivos. Es como decirle a alguien que no está obligado a pagar su deuda, pero dejarle claro que le convendría hacerlo.