Uno de los dos perros del presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, y de su esposa, Jill Biden, ha estado involucrado en varios incidentes en la Casa Blanca que incluyen una situación en la que un agente del Servicio Secreto tuvo que ir al hospital. Según comunicaciones internas del Servicio Secreto que hizo públicas el grupo conservador Judicial Watch, que obtuvo esos documentos tras acudir a los tribunales. El perro, un pastor alemán llamado Commander, de 22 meses, llegó a la Casa Blanca en diciembre de 2021 y fue un regalo de uno de los hermanos del presidente, James Biden.
En los correos del Servicio Secreto se describe un incidente en el que un agente tuvo que ir a un hospital en noviembre de 2022 para recibir atención médica en su brazo y muslos, aunque no se precisa en ellos si esa persona fue atacada por el perro. En el pasado, otro de los perros de Biden, Major, se vio involucrado en incidentes similares y acabó siendo trasladado a Delaware para vivir en un ambiente más tranquilo que en la Casa Blanca. Cuando Biden se mudó a la Casa Blanca, llevó consigo a Major y a Champ, otro pastor alemán que murió en junio de 2021 con 13 años. La mayoría de las familias presidenciales han contado con la compañía de una mascota en la Casa Blanca a lo largo de la historia de Estados Unidos.
El expresidente Barack Obama (2009-2017) y la primera dama, Michelle, tuvieron dos perros de agua portugués: Sunny y Bo. Bo murió por cáncer en mayo de 2021. La familia de George W. Bush (2001-2009) convivió con tres canes y una gata llamada India, aunque también respondía al nombre de Willie. Otro gato famoso fue Socks (Calcetines), de pelo blanco y negro, que fue una de las estrellas de la Casa Blanca de Bill Clinton (1993-2001). Clinton también tuvo un compañero canino, un labrador llamado Buddy. El republicano Donald Trump (2017-2021) fue la excepción y se convirtió en el primer presidente en un siglo que no tenía perro.