Desde 1988, cada 8 de junio en todo el mundo se celebra el Día Contra la Falsificación y la Piratería, una fecha que tiene como finalidad dar a conocer a la población las desventajas que tiene la compra, la venta de bienes y servicios ilegales, así como, hacer conciencia a través de las consecuencias legales que tienen estos tipos de actos.
La piratería y la falsificación atenta en contra los derechos de autor y es considerada un delito federal que puede significar multas económicas o pasar años en prisión, en tanto que para el consumidor supone un riesgo para la salud y la seguridad, pues afecta los derechos básicos de éste, tales como: el derecho de garantía, devolución del producto y derecho al reclamo.
Otra de las consecuencias que genera este tipo de actos, es que no generan las aportaciones al fisco estipuladas, generando pérdidas económicas significativas para la economía de los países.
Desde hace décadas las grandes empresas están siendo afectadas por estas prácticas, muchos han tratado de erradicarla, diversos mecanismos han implementado para persuadir a los consumidores a evitar la falsificación y piratería, pero poco se ha podido hacer, ya que mientras exista personas que se animen a comprar, habrá personas que sigan generando recursos a través de esta práctica.
Algunos productos que son objeto de falsificación y piratería son los siguientes:
• Obras artísticas.
• Música.
• Cosméticos.
• Artículos de aseo personal (jabón, crema dental, productos para el cabello).
• Calzado.
• Bolsos, cinturones, correas.
• Medicamentos.
• Joyería.
• Equipos electrónicos.
• Prendas de vestir.
• Alimentos procesados y enlatados.
Para no caer en trampas de la piratería, se recomienda a los consumidores que al momento de adquirir productos originales, se revisen previamente las etiquetas, tapas, fechas de vencimiento, los cuales deberán contar el respectivo registro sanitario, en el caso de alimentos procesados y medicinas.
