Los aromas influyen positivamente o negativamente en todas las dimensiones del ser humano. Al ser estimulado nuestro sentido del olfato con aromas que le resultan agradables, el cuerpo generará endorfinas, que a su vez dará una sensación de bienestar.

El poder oler es una de las experiencias sensitivas más gratificante que tiene el ser humano. Se dice que 67% de las personas relacionan más un recuerdo con un aroma. Prestar atención a la fragancia que se percibe al entrar a una casa puede ser encantador o bien un desencanto total.

Al entra a nuestra casa, esperamos que huela siempre a limpio, esto nos hace más placentero llegar para disfrutar de ella. Y para que esto siempre sea así, solo se necesita incorporar algunos hábitos diarios y sumarle el toque personal en forma de aroma.

1. No escondas los malos olores

Si notas algún mal olor en casa, busca el foco de ese mal olor y neutralízalo, nunca trates de esconderlo con ambientador, porque lo que lograras es mezclas los aromas y persistirá.

Una vez que hayas localizado el foco principal de ese mal olor, lo que sigue es solucionar el problema, aquí puedes utilizar producto desodorizante que te ayudarán a absorber olores o anti humedad- a modo de prevención.

Será siempre recomendables que antes de aromatizar cualquier estancia de la casa, es mantener un aire siempre neutro, ya sea abriendo ventanas para que salga el aroma o recurrir a un purificador de aire.

2. Indispensable qué corra el aire

Procuren que cada mañana se abras las ventanas para que corra un poco de aire en toda la casa. Puede ser solo 15 minutitos, esos serán suficiente para dejar salir malos olores, otro detalle importante es que se oxigenará la casa, disminuirás la concentración de CO2, regularás la humedad del ambiente y se reduce el polvo. En temporada de invierno no abras todas las ventanas al mismo tiempo, procura alternarlas para que no enfríes las habitaciones.

Si sufres de alergias, en los meses de primavera, la mejor hora para ventilar la casa será durante el medio día, ya que en la mañana y en la noche hay más concentración de polen.

En tu rutina de limpieza diaria, procura incorporar pequeñas actividades para favorecer el ambiente mientras se realiza. Algunos ejemplos serían:

• Abrir siempre la puerta del lavavajillas cuando acabes de usarla y antes de colocar la vajilla en su lugar;
• Echar un poco de limpiador para baño en el inodoro, deja actuar por unos minutos mientras te arreglas para salir al trabajo;
• Al momento de tender la cama, procura abrir las ventanas, trata de sacudir las sábanas y si es posible, rocía con un ambientador para textiles las sábanas;
• Puedes rociar la casa con ambientador una vez que cierres las ventanas.

3. Cada estancia necesita un aroma

El hecho de escoger o seleccionar un aroma puede ser muy personal para cada uno. Son dos las opciones que nos dan: Una en donde se opte por un perfume que no sea invasiva, que sea una fragancia fresca y sutil; la otra opción, es que se utilices diferentes fragancias para cada estancia de la casa.

Los aromas tienen un efecto directo en nuestro estado de ánimo, por lo que será esencial emplear una fragancia calmante o estimulante en función de la actividad que se realice en cada una de las habitaciones de la casa. Les dejo unos ejemplos que nos dan:

• Dormitorios o zonas destinadas para el descanso o simplemente relajarse, se recomiendan fragancias con aroma de lavanda y jazmín.
• En el caso de la cocina, baños u otras zonas en donde se busque la sensación de frescor, procura recurrir a los aromas cítricos, de pino, jengibre o menta.
• Para el área de estudio, salas y otras estancias pensadas para estimular el cerebro, utiliza romero, vainilla, canela o bergamota.

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