¿De qué sirve tener una fragancia deliciosa si no sabes cómo aplicarla?
Descubre algunos trucos para que tu perfume favorito dure más tiempo y te acompañe durante todo el día.
1. Hidrata tu piel: Una piel hidratada retiene mejor el aroma del perfume. Aplica una crema sin perfume después de la ducha, especialmente en las zonas donde vas a aplicar el perfume.
2. Puntos estratégicos: Aplica el perfume en las zonas de mayor pulsación, como las muñecas, el cuello, detrás de las orejas y en las clavículas. El calor de estas zonas ayuda a difundir el aroma de forma gradual.
3. Menos es más: No es necesario aplicar grandes cantidades de perfume. Unas pocas pulverizaciones son suficientes para dejar un rastro de aroma agradable.
4. No frotes las muñecas: Frotar las muñecas después de aplicar el perfume puede romper las moléculas de la fragancia y alterar su aroma original.
5. Aplica en la ropa: El perfume también se puede aplicar en la ropa, especialmente en tejidos como la lana o el algodón. Esto ayudará a que el aroma dure más tiempo.
6. Guarda el perfume en un lugar fresco y oscuro: La luz solar y el calor pueden alterar la composición del perfume. Lo mejor es guardarlo en un lugar fresco y oscuro, como un armario o un cajón.
7. Retoca el perfume durante el día: Si quieres que el aroma dure todo el día, puedes retocarlo con un par de pulverizaciones en las zonas de mayor pulsación.
Con estos sencillos consejos, podrás disfrutar de tu perfume favorito durante más tiempo y dejar una estela de aroma agradable a tu paso.
El error más común a la hora de ponerte perfume.
Existen ciertas creencias extendidas sobre la manera en la que debemos aplicarnos un perfume, que llevamos repitiendo desde niñas como si formara parte de un ritual. Y es que al igual que es fundamental utilizar bien el sérum y la crema en nuestra rutina de skincare, perfumarnos correctamente es otro de los pasos a seguir cada mañana antes de salir de la casa.
Hay quienes se lo aplican nada más al salir de la ducha, otras en las muñecas después de vestirse, pero todas -o por lo menos la mayoría de mujeres- cometemos un error garrafal que, sin saber muy bien dónde lo hemos aprendido, forma parte de nuestra morning routine, siendo capaz de matar hasta el olor del mejor de los perfumes.
