Información por Jeanette Trillo

El desgaste es un proceso natural que aparece en el cuerpo a medida que envejecemos, es inevitable pero, en algunas circunstancias se puede retrasar un poco.

Nuestros músculos, huesos y articulaciones son solo una parte de nuestro cuerpo que comenzará a sentir estos cambios, pero el desgaste más común es el de estas últimas.

Las articulaciones son parte primordial del movimiento humano y por lo tanto reciben un gran desgaste, sobre todo cuando no se lleva una vida activa ni una nutrición adecuada.

Aquí te presentaremos dos de las enfermedades más comunes por desgaste en nuestras articulaciones y las diferencias entre cada una:

La osteoartritis, es una afección causada por el desgaste del cartílago que recubre las extremidades de los huesos, el cartílago evita que estos últimos rocen entre sí, causando un gran dolor. Suele aparecer a partir de los 40 años y puede presentarse cuando se ha sufrido una lesión en repetidas ocasiones, si se tiene sobrepeso u obesidad o si se ha trabajado gran parte de la vida en labores manuales.

Los síntomas que pueden llegar a aparecer son: dolor en las articulaciones, rigidez con duración menor a 30 minutos y crujidos o sonidos al mover la articulación, entre otros. No se presenta inflamación, enrojecimiento y calidez al tacto.

Por otro lado, la artritis reumatoide es una enfermedad inflamatoria del tejido que recubre las articulaciones. El sistema nervioso comienza a atacar a los propios tejidos del cuerpo incluyendo el ya mencionado y, en los casos más graves, puede llegar a atacar también a los órganos.

Sus causas al día de hoy son desconocidas, pero se sabe que afecta mayormente a mujeres y puede llegar a presentarse a cualquier edad entre los 20 y los 60 años.

Los síntomas que se llegan a presentar son: inflamación, rigidez con duración mayor a 30 minutos, articulaciones blandas y/o calientes al tacto, fiebre y enrojecimiento.

A diferencia de la osteoartritis, en esta enfermedad se puede presentar inflamación, enrojecimiento y calidez al tacto.

Ambos padecimientos carecen de una cura hasta este momento, sin embargo existen tratamientos que pueden disminuir el deterioro o ayudar a aliviar los síntomas, entre los tratamientos que coinciden para ambas enfermedades se encuentra el ejercicio, sin embargo no cualquier tipo de ejercicio es el adecuado, por lo que es necesario consultar con un médico y un profesional de la motricidad humana para encontrar la mejor opción para cada persona.

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