A pesar de su tamaño es posible cultivar palmeras en el exterior de tu casa y si se aplican los cuidados necesarios, pueden crecer tanto en un jardín como en macetas.

Las especies más altas pueden llegar a medir hasta 35 metros de altura, pero hay ejemplares más pequeños aptos para su crecimiento en jardines.

Para disfrutar de tener una palmera en el jardín no hace falta una gran extensión de terreno, ni tampoco es necesario vivir en una zona de clima tropical. La variedad de palmeras de exterior es amplia y siempre podrás encontrar una especie que se ajuste a tus necesidades.

Hay palmeras de crecimiento lento y tamaño reducido perfectas para jardines pequeños, y otras que soportan bien las bajas temperaturas. Elige bien tu palmera de exterior y disfruta de su porte elegante y exótico.

Si se decide plantar una palmera en casa es de vital importancia que al momento de comprarla se informe sobre la especie de palmera y que altura alcanzará, cuantos años vivirá y cuáles son sus necesidades especiales.



Aunque se trata de un procedimiento que no es indispensable a la hora de cuidar una palmera, puede que a la tuya le venga bien que podes sus hojas de vez en cuando. Es buena idea retirar las hojas secas o dañadas cortándolas al ras del tronco, ya que algunas de ellas podrían desprenderse y causar accidentes si la palmera es alta. Eliminar esas hojas estropeadas le dará a tu palmera un aspecto más saludable.

Hay que tener en cuenta que cada palmera debe tratarse de manera individual dependiendo del desarrollo propio de cada ejemplar.

La primavera y el verano se consideran las épocas más adecuadas para realizar las labores de poda.

El proceso consiste en eliminar las hojas muertas y otras que causan molestias. En todo caso, nunca se debe quitar más que una de las llamadas coronas de hojas verdes, las cuales participan en la alimentación de las palmeras y contribuyen a un buen estado del tronco.

a) Trasplante de palmeras

• El hoyo en el suelo debe ser lo más grande posible.
• El sustrato debe constar de una mezcla de la tierra que se haya retirado del suelo al cavar el agujero con abono orgánico, como estiércol, mantillo o turba. De este modo, se favorece una más rápida adaptación de la planta a su nueva ubicación.
• Si el ejemplar es muy grande, es necesario sostenerlo.
• Al trasplantar la palmera, se deben mantener las hojas envueltas y atadas entre seis meses y un año, hasta que el ejemplar se haya adaptado a su nueva ubicación. En caso contrario, es probable que se debiliten y se caigan. Transcurrido ese tiempo, cuando los extremos de las palmas empiecen a asomar por el envoltorio, será señal de que la planta ha enraizado, y las hojas se podrán liberar.

b) El suelo

Las palmeras pueden crecer en gran variedad de suelos aunque, por lo general, prefieren suelos bien drenados.

Deberán ser suelos neutros o ligeramente ácidos y ricos orgánicamente si proceden de bosques húmedos o selvas, y suelos básicos y más pobres, las palmeras que tengan un origen desértico o donde son normales los periodos estacionales de sequía.

c) Temperatura

No podemos indicar una temperatura ideal para todas las palmeras. Cada variedad tiene requiere unas condiciones óptimas.

Existen, por ejemplo, alguna variedad de palmeras que solo prosperan en áreas donde las temperaturas raramente sobrepasen los 25ºC y donde las oscilaciones térmicas son mínimas.

d) El riego

El riego debe ser frecuente desde que se planta una palmera en el jardín hasta que tiene unos 2 años. Después de este periodo la palmera ya se habrá establecido en la tierra y será capaz de mantenerse con el agua de lluvia o con pocos riegos.

Muchas palmáceas son tremendamente resistentes a la sequía, pero hay otras más exigentes que viven en la Naturaleza junto a los márgenes de ríos y zonas pantanosas. Una palmera siempre consumirá más agua si:

• Está a pleno sol en lugar de en sombra.
• En un suelo arenoso, que es más seco, hay que regar más que en uno arcilloso.

e) Luz solar

La mayoría de palmeras prefieren para un óptimo crecimiento desde el principio, posiciones soleadas.

Por otro lado, existen algunas variedades que en su lugar de origen ocupan zonas sombreadas, y requerirán ubicarlas en zonas donde no incida tanto la luz solar.

f) Plagas

El picudo rojo es un cleóptero curculionoideo de origen asiático, color rojizo y tamaño de entre dos y cinco centímetros. Perfora más de un metro de longitud en los troncos de los cocoteros y palmeras.



Cuando las palmeras se ven atacadas por la plaga se amarillean las hojas y se marchitan, en ocasiones el árbol muere sin remedio.

Las palmeras muy afectadas o muertas deben arrancarse y quemarse para evitar la salida de adultos y su propagación.

Para prevenir la palmera contra el picudo rojo es necesario llevar a cabo un tratamiento durante todo el año, mínimo 5 aplicaciones ya que, aunque la actividad de la plaga es mayor en los meses más calurosos el picudo rojo resiste mucho a las bajas temperaturas.

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