El árbol de la papaya, no suele crece demasiado y suele tener una corta vida. Podemos encontrar diferentes variedades, algunas de ellas son las más indicadas para el cultivo en maceta.

Tienen un único tronco, del cual le salen pocas ramas, sus hojas son bastante grandes y aparecen en la parte más alta.

Existen en esta especie de planta 2 clases de flores: masculinas y femeninas. En las primeras, sus estambres están protegidos por pétalos, en tanto que, en las segundas, su ovario cuenta con cinco pétalos. Estas se abren por la noche, y desprenden un olor dulce muy agradable. Sus frutos, es decir las papayas, pueden medir entre 20 y 25 centímetros.

I. Los cuidados que necesita

Existen dos formas de cultivar la papaya: a través de semillas o por esquejes. Como ya se ha comentado en otras notas, la segunda opción es la mejor y la más rápida, aunque debemos decirte que, cultivarla en semillas también es muy rápido. Esta la razón por la que muchos optan por plantarla.

Lo primero que debes hacer, es elegir una variedad de árbol de papaya que sea apta para cultivar en maceta. Otra cosa que debes cuidar, es conseguir una maceta de, al menos, 60 litros y un diámetro de 50 cm.

II. Recomendaciones para antes de su cultivo

a. Necesitarás una mezcla de tierra, sustrato y grava, arena o roca para cubrirle todas las necesidades.
b. Lava la maceta con agua y jabón, tanto por dentro como por fuera. Procura que el jabón sea suave. La finalidad de esta limpieza, es para quitar todo aquel rastro de hongo o parásitos y que pueda poner en riesgo la germinación de la semilla.
c. Desde un principio, colócala en el lugar donde vaya a estar de permanente, ya que, pasado el tiempo, se volverá pesada para trasladarla.
d. Una vez que hayas decidido el lugar, empezar a echarle la mezcla de tierra y recuerda proporcionarle un buen drenaje.
e. Siembra varias semillas en la tierra y cúbrelas ligeramente. En apenas 2-3 semanas comenzaras a ver los brotes y en ese momento tendrás seleccionar a las más fuertes para plantarlos en otras macetas.

III. Iluminación

Esta planta necesita de una luz solar directa, al menos de entre 6 y 8 horas. De lo contrario, no se desarrollará correctamente y mucho menos producirá sus frutos.

IV. Temperatura

Como es sabido, es una fruta tropical y requiere de una temperatura cálida. Su clima ideal sería entre 21 y 32 grados. Si vives en una zona fría, tendrás que protegerla de las heladas.

V. Riego

El primer riego después de plantarla deberá ser abundante y que toda la tierra quede mojada. Recuerda no encharcarla.

Como es una planta tropical, un poco de humedad le vendrá bien y para ello, coloca bajo la maceta, un plato donde podrás unos guijarros o rocas, llenarlo de agua cubriendo ligeramente esas piedras a fin de crear una humedad artificial.

VI. Abono

Esta planta se debe de fertilizar para que pueda crecer y desarrollar adecuadamente los frutos. Puede ser un abono de compost orgánico o fertilizante para el suelo y un fertilizante que contenga Nitrógeno, fósforo-potasio.

VII. Polinización

Las flores de esta clase de árbol no pueden ser polinizadas por sí solas, por lo que requerirá de la ayuda de los insectos polinizadores, de lo contrario se tendrá que hacer manual.

VIII. Plagas y enfermedades

Las más comunes plagas que suele sufrir son: araña roja, mosca de la fruta y mosca blanca, la polilla amarilla o las escamas. En tanto que sus enfermedades más habituales tienen que ver con el exceso o escasez de agua y/o de luz solar. Así como la deficiencia de nutrientes.

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