Información por Jeanette Trillo

Los esguinces de tobillo son una de las lesiones más comunes que nos puede llegar a pasar, estos suceden cuando los ligamentos de esta articulación se estiran o se rompen. Pueden ser causados por una caída o doblarte el pie al pisar mal.

Existen tres niveles de gravedad de esta lesión:

• Esguince de grado I: al estirarse los ligamentos puede haberse causado un desgarre ligero o un micro desgarre, este puede llegar a curarse fácilmente con estiramientos suaves.
• Esguince de grado ll: los ligamentos se han desgarrado parcialmente y es probable que se requiera el uso de un inmovilizador como una férula
• Esguince de grado lll: los ligamentos se han desgarrado completamente y es necesario inmovilizar el tobillo con un aparato o férula durante algunas semanas, dependiendo del estado de la lesión, puede llegar a requerir cirugía

Esta lesión causa una inflamación y dolor fuertes y, sobre todo en los dos últimos tipos, es probable que aparezcan moretones.

Si estos llegan a ser graves o no son tratados adecuadamente pueden volverse crónicos.

Algunos consejos para ayudar a disminuir el dolor e inflamación son: evitar caminar o poner peso en el pie lesionado, aplicar hielo cada hora por 20 min cuando se esté despierto durante las primeras 24 horas, luego se puede disminuir la aplicación a 3 o 4 veces al día. Recuerda que no debes aplicar el hielo directamente a la piel, de preferencia utiliza una toalla o incluso una bolsa.

Existen medicamentos que pueden ayudar a disminuir el dolor, tu médico te indicará cuál es la mejor opción.

Es importante recuperar y mantener el movimiento a medida que la lesión vaya sanando por lo que, una vez que el médico lo haya autorizado, puedes iniciar con una rutina de ejercicios básicos como estiramientos, caminatas cortas, etc.