Esto causó curiosidad a algunos internautas y el padre José de Jesús Aguilar, representante en Radio y Televisión de la Arquidiócesis de México, aclaró a través de su canal de Youtube si lo que hizo Angela al portar este vestido fue considerado sacrilegio o no.

«Los llamados milagritos para algunos jóvenes, lamentablemente estos se han convertido en un simple adorno y en este caso, en el cual no puedo juzgar ni aseverar lo que piensa esta joven, tanto el diseñador como la persona que portó este traje, simplemente los utilizaron como si fuera algo semejante a la lentejuela, algo brillante, algo bonito, quizá como un agradecimiento por tantos beneficios recibidos, porque si yo fuera Ángela Aguilar estaría muy agradecido por haber nacido en una familia católica, por haber recibido la educación de mis padres, haber recibido el don de cantar, pero no soy ella y por lo tanto no puede decir qué pensaba, así que tendríamos que preguntarle a ella», señaló el presbítero.

El sacerdote explicó que la artista o su diseñador hubieran cometido una falta grave, si hubieran entrado a algún templo y hubieran tomado estos objetos, previamente bendecidos, para adornar el vestido que ella usó.

«Estos objetos no siempre están bendecidos, no siempre representan un milagro realizado o un favor recibido, porque los llamado milagritos cuando están en una tienda o alguien los está fabricando no tienen ninguna bendición, simplemente son un objeto que podrán tener quizás más adelante, con una intención, el significado de una oración o un agradecimiento por haber recibido un milagro», señaló el sacerdote.

Pero el padre José de Jesús dijo que lo más importante, es saber cuál era la intención de una persona  además del contexto cuando realiza un acto, así que no se atrevería a juzgar o afirmar si Ángela hizo bien o mal, porque no sabe el pensamiento que tuvo cuando pidió este vestuario, pero al tomar en cuenta que viene de una familia católica practicante, duda mucho que haya habido algo doloso u ofensivo en ello.

También señaló que para que un objeto sacro obtenga esa categoría, debió ser bendecido con esta intención, porque mucha gente sólo lo ve como algo decorativo, como un objeto de superstición o amuleto, o simplemente como un artículo que se puede adquirir o vender, de ser ese el caso de inmediato pierde su valor religioso, «las bendiciones se pierden cuando la dignidad de una imagen se pierde».

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