Información por Jeanette Trillo

El cáncer de próstata es uno de los tipos de cáncer más agresivos que afectan a la comunidad masculina por lo que se ha establecido este día 11 de junio para concientizar a la población sobre esta enfermedad, cómo prevenirla y detectarla a tiempo.

La próstata es una glándula solo presente en la anatomía masculina, entre sus funciones está producir líquido que constituye el semen y el proteger a los órganos vecinos de infecciones por gérmenes y/o bacterias del exterior.

Esta glándula va aumentando de tamaño progresivamente con la edad, es por esto que el riesgo de padecer cáncer de próstata aparece cuando un hombre alcanza la mediana edad, ya que si ésta alcanza cierto tamaño, se vuelve propensa a al cáncer.

Cuando las células malignas que se encuentran en la próstata comienzan a crecer desmesuradamente es cuando se origina el cáncer.

Según el Instituto Nacional de Cancerología (INCan), por año se diagnostican más de 25 mil casos de cáncer de próstata en México y más de 7,500 personas pierden la vida a causa de este.

Existen factores de riesgo que pueden hacer que una persona sea más susceptible a padecer esta enfermedad, como la edad, antecedentes familiares y la raza. Otros factores que son modificables son el consumo excesivo de carne roja y lácteos, el consumo de alcohol, tabaco y el tener obesidad o sobrepeso.

Uno de los grandes problemas a los que se enfrentan los pacientes y sus médicos es que la mayor parte de los casos son detectados cuando la enfermedad ya se encuentra muy avanzada, es por esto que se hace tanto hincapié a los hombres que una vez lleguen a los 45 años, realizar chequeos anuales para monitorear el estado de la glándula.

Estos chequeos consisten de dos partes, la primera es la exploración clínica por parte del médico especialista, y la segunda es un análisis de laboratorio llamado Antígeno prostático específico, este se realiza a través de una muestra de sangre.

Si este padecimiento es diagnosticado en su etapa temprana existe un 85% de probabilidad de éxito de recuperarse.

Los síntomas que pueden presentarse al padecer esta enfermedad son los siguientes:

  • Flujo de orina débil y/o interrumpido.
  • Ganas repentinas y frecuentes de orinar
  • Dificultad para iniciar el flujo de orina o para terminar por completo
  • Presencia de dolor o ardor al orinar
  • Dificultad para tener una erección
  • Presencia de sangre en la orina o semen
  • Dolor persistente de espalda, cadera o pelvis

Si presentas alguno o varios de estos síntomas no dudes en acudir rápidamente con tu medico, recuerda que una detección temprana puede evitar grandes consecuencias.

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