Después de más de diez años desde que le diagnosticaron cáncer de mama, Alejandra Guzmán comparte con sinceridad su difícil lucha contra la enfermedad y las consecuencias emocionales que enfrentó al ver su cuerpo «alterado» después del tratamiento.

Durante su conversación con Paty Chapoy, la artista comenzó rememorando que en ese momento notó una «sensación extraña» en su seno derecho, lo que llevó a su médico a realizarle una biopsia:
“Horrible, porque sentí una venita rara de este lado, una vena salida, larga, como la de las piernas. Entonces fui con el doctor y me dijo ‘tú eres muy sana, no te preocupes, voy a hacer una biopsia’ y ya me dijo ‘sí, sí es cáncer’”, relató.

Una vez que se confirmó el diagnóstico, debió recurrir a un medicamento como alternativa a la quimioterapia y enfrentar una intervención quirúrgica en la que se realizó la extirpación del pezón para prevenir la propagación de la enfermedad:
“En el ganglio, tuvieron que meter una cosa radioactiva… Luego me dieron una pastilla que te la tomas por cinco años y esa fue mi quimioterapia, pero lo encontré tan pequeñito que lo único que le pedí fue que me quitaran el pezón, porque estaba en el conducto de la leche”, indicó.

Aunque su proceso de recuperación no presentó complicaciones, admitió que la conmoción al contemplar su cuerpo «alterado» fue tan abrumadora que buscó ayuda terapéutica para afrontar el dolor que experimentaba:
“Me vi en el espejo y me desmoroné. También tuve una terapia con una silla que decía ‘cáncer’ y le decía todo lo que quería al cáncer. Creo que eso es lo mejor, decirle a la enfermedad ‘eres esto y esto’ porque es tu mejor manera de sanar”, apuntó.

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