Amanda Seyfried, conocida por películas como Chicas pesadas y Mamma Mia!, dejó atrás el bullicio de Hollywood para vivir en una granja en Stone Ridge, Nueva York. Desde 2013, comparte su hogar con su esposo Thomas Sadoski, sus hijos Nina y Thomas, y una variedad de animales. La actriz buscaba un entorno tranquilo para criar a su familia, decisión que considera clave para su privacidad y bienestar.

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Desde su mudanza, Seyfried ha equilibrado su vida personal con su carrera, adoptando un enfoque más selectivo. Ha recibido elogios por sus interpretaciones en The Dropout y Mank, que le valieron premios y nominaciones importantes. Además, encuentra paz cuidando de sus mascotas, como su perro Finn, cabras y gallinas, mientras disfruta de la naturaleza en su propiedad rural.

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A pesar de su vida lejos de los reflectores, Seyfried sigue participando en proyectos destacados y eventos de la industria, como el Met Gala. Sin embargo, valora más los días simples en casa, donde puede dedicarse a su familia y animales. Para ella, esta elección ha sido fundamental para mantener un equilibrio entre el éxito profesional y la tranquilidad personal.