La legendaria historia de amor de Titanic, protagonizada por Leonardo DiCaprio y Kate Winslet, tiene raíces más profundas de lo que muchos imaginan. Aunque el personaje de Rose DeWitt Bukater fue en parte una creación de ficción, su esencia está inspirada en una mujer real: la artista Beatrice Wood, cuya vida fascinó tanto al director James Cameron que decidió incorporar su espíritu en la cinta ganadora de 11 premios Oscar.

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Beatrice Wood nació en 1893 en San Francisco y destacó en el mundo del arte, especialmente en la cerámica y el dibujo. Su círculo cercano incluyó a figuras de renombre como Marcel Duchamp y Anaïs Nin, lo que cimentó su lugar en la historia del arte. Fue gracias a su autobiografía, I Shock Myself, que Cameron conoció su historia. En una entrevista, el director explicó que al conocerla quedó cautivado por su energía, humor y creatividad, y aunque Wood nunca tuvo relación directa con el Titanic, su personalidad le pareció perfecta para modelar el carácter de Rose.

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A pesar de su avanzada edad —tenía 102 años cuando Cameron la contactó—, Beatrice bromeó diciendo que tenía “solo 35”, mostrando el espíritu juvenil que la definía. Falleció a los 105 años, pero su legado artístico y su inesperada conexión con una de las películas más icónicas del cine perduran. Para quienes deseen conocer más sobre ella, existe un documental titulado Beatrice Wood: The Mama of Dada, que revela su vida y su impacto cultural.