La boda de Alana Hadid, media hermana de Gigi y Bella Hadid, fue un evento íntimo y lleno de elegancia celebrado en la residencia de su padre en Los Ángeles. La novia dio el “sí, acepto” al exproductor de Hollywood Ross Williams, en una ceremonia al aire libre marcada por los detalles personales, la conexión familiar y una estética bohemia de lujo. Gigi y Bella, descalzas y vestidas en tonos verdes, acompañaron a su hermana como damas de honor, atrayendo todas las miradas con su natural elegancia.

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El vestido de novia de Alana fue una pieza vintage de Vivienne Westwood, acompañado de un velo bordado con flores originarias de California. Las joyas tuvieron un profundo valor sentimental: aretes de amatista regalados por su madre, un anillo heredado de su abuela y collares creados por la firma Dorsey. La ceremonia también rindió homenaje a sus raíces palestinas, integrando símbolos y tradiciones culturales. Alana realizó cuatro cambios de vestuario a lo largo del evento, destacando piezas de Clio Peppiatt y Sandra Mansour, mostrando su estilo ecléctico y personal.

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A sus 40 años, Alana Hadid ha logrado construir una carrera independiente, alejada de la fama de sus hermanas supermodelos. Es diseñadora, activista y fundadora de Watermelon Pictures, una compañía cinematográfica enfocada en dar voz a artistas palestinos y comunidades marginadas. Aunque su camino ha sido distinto, mantiene una estrecha relación con toda la familia Hadid, reafirmando en su boda que la unión, el amor y las raíces siguen siendo el sello más fuerte de su apellido.