El Festival de Cannes ha anunciado una actualización a sus reglas de etiqueta para su edición 2025, dejando claro que ya no se permitirá la “desnudez total” ni los atuendos “excesivamente voluminosos” en la alfombra roja. Esta decisión busca mantener el orden y la seguridad durante las galas y proyecciones, especialmente en la emblemática escalera del Palacio, donde los atuendos con grandes colas o demasiado llamativos pueden entorpecer el flujo de asistentes. Además, se reafirma que la elegancia es un requisito, aunque con criterios más definidos y menos tolerantes que en años anteriores.

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La medida surge tras episodios controversiales en alfombras anteriores, como el topless de una activista en 2022 y la aparición de Bianca Censori con un vestido casi transparente en los Grammy. Aunque los organizadores insisten en que no se trata de censurar la moda, el reglamento indica que cualquier prenda que dificulte el movimiento o el acceso a las salas podrá ser motivo de exclusión. Así, el festival se ampara en su “marco institucional” y en la legislación francesa para justificar estas restricciones.

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La nueva política ya ha generado debate en redes sociales, donde usuarios se preguntan si esto afectará a diseñadores y celebridades conocidas por sus propuestas llamativas. Casos como el del vestido blanco con el rostro de Jesús que lució Massiel Taveras o el conjunto rosa con cola de Greta Gerwig podrían quedar fuera de las próximas ediciones. Además, el código de vestimenta en Cannes ha sido criticado en años anteriores por su rigidez, especialmente por la exigencia de zapatos “elegantes” que históricamente ha afectado más a las mujeres, aunque recientemente se han flexibilizado ciertas normas como el uso de tacones bajos.