Benedict Cumberbatch confesó que la transformación física para interpretar a Doctor Strange fue mucho más que un reto actoral. El actor británico reconoció que la dieta que debió seguir fue tan rigurosa como insostenible, y que la experiencia de comer en exceso fue tan dura como innecesaria. Para encarnar al Hechicero Supremo, debió consumir cinco comidas al día, además de refrigerios como huevos, queso y almendras. Aunque logró desarrollar la musculatura requerida para las escenas de acción, describió el proceso como “horroroso”.

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Durante una entrevista reciente, Cumberbatch lanzó una crítica a la industria del entretenimiento por su despilfarro de recursos. “Podría alimentar a una familia con la cantidad que yo comía”, señaló, cuestionando el costo ambiental y humano de las superproducciones. Aunque admitió que disfruta la transformación física que exige Marvel, reflexionó sobre el impacto de estas exigencias en su bienestar emocional y en el planeta.

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El actor, que encarna a Doctor Strange desde 2016, también habló como productor comprometido con cambiar las prácticas del cine. Rechazó el uso de plásticos de un solo uso y abogó por reciclar escenografías. Cumberbatch propone replantear el modelo de producción masiva, no solo por salud personal, sino por conciencia ecológica. En una industria donde una sola película puede emitir miles de toneladas de CO₂, su llamado cobra urgencia.