Leonardo DiCaprio enfrenta una fuerte oleada de críticas por su reciente incursión empresarial en un resort ecológico de lujo ubicado en Herzliya, una exclusiva zona costera al norte de Tel Aviv, en Israel. Aunque el proyecto ha sido aprobado tras más de seis años de ajustes y negociaciones, la ubicación y el contexto político de la región han generado una gran controversia.

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El actor posee el 10 % del complejo turístico, que será desarrollado en colaboración con la corporación inmobiliaria israelí The Hagag Group y los empresarios Ahikam y Lior Cohen. El diseño del resort, a cargo del prestigioso despacho de David Rockwell, contempla 14 pisos, 365 habitaciones, un centro de conferencias, un restaurante de primer nivel, comercios y un puerto deportivo con acceso directo. Todo el desarrollo promete alinearse con estándares internacionales de sostenibilidad ambiental, siguiendo los ideales ecologistas que DiCaprio ha promovido durante años.

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Sin embargo, diversas voces críticas señalan que el proyecto es insensible, dada su cercanía al conflicto armado en la Franja de Gaza, a tan solo 70 kilómetros, donde miles de civiles siguen siendo afectados por los ataques. El activista estadounidense Shaun King afirmó que DiCaprio “se está beneficiando del apartheid en medio de un genocidio”. Por su parte, el medio palestino Quds News Network lo acusó de financiar la construcción de un resort en “tierras palestinas robadas”, calificando su participación como una complicidad directa con los crímenes del Estado israelí. A esto se suma el historial de inversiones del actor en la región, como su participación en la red social Mobli y la empresa de carne cultivada Aleph Farms.