La leyenda sobre la llamada maldición de Superman ha vuelto a cobrar fuerza tras el nombramiento de David Corenswet como el nuevo rostro del superhéroe en la próxima película del universo DC. Aunque el personaje simboliza esperanza, justicia y fuerza, su historia en el cine ha estado rodeada de tragedias personales y profesionales entre quienes lo han interpretado. Esta aparente conexión entre el traje azul y rojo y los infortunios de sus intérpretes ha alimentado una creencia que se niega a desaparecer en el corazón de Hollywood.

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El origen de esta teoría sombría se remonta a la trágica muerte de George Reeves en 1959, pero hay quienes creen que todo comenzó mucho antes, con los creadores originales del personaje, Jerry Siegel y Joe Shuster, quienes vendieron los derechos por una suma irrisoria y vivieron marginados del éxito mundial del cómic. A lo largo de las décadas, diversos actores vinculados al papel —como Christopher Reeve, Lee Quigley o Margot Kidder— enfrentaron accidentes fatales, enfermedades graves o profundas crisis personales, alimentando el mito de un destino adverso para quienes se relacionan con el Hombre de Acero.

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Aunque algunos como Dean Cain, Tom Welling o Henry Cavill han logrado sortear esta supuesta maldición sin mayores consecuencias, el temor persiste entre fanáticos y actores. La llegada de Corenswet podría marcar un giro, pero muchos siguen con atención los pasos del nuevo Superman, atentos a si la historia se repetirá o si, por fin, alguien logrará romper el ciclo. Por ahora, la sombra de esta oscura leyenda continúa proyectándose sobre el símbolo más luminoso del universo de los superhéroes.