El cantante británico Liam Payne, ex integrante de One Direction, falleció en octubre de 2024 a los 31 años, tras una trágica caída desde un hotel en Buenos Aires, suceso que las autoridades atribuyeron a una combinación de drogas y un accidente. A pesar de su inesperada partida, su legado económico continúa vigente. Payne dejó una fortuna estimada en 32.2 millones de libras, pero no redactó un testamento. Por lo tanto, la ley británica estipuló que su hijo de 8 años, Bear Grey Payne, fruto de su relación con la cantante Cheryl Cole, heredará la totalidad de sus bienes.

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Al tratarse de un menor de edad, la administración de la herencia quedará en manos de su madre, Cheryl, y del abogado Richard Mark Bray, quienes se encargarán de gestionar el patrimonio hasta que Bear cumpla 18 años, en 2035. Cheryl, quien mantuvo una relación significativa con Liam aunque no contrajeron matrimonio, ha expresado públicamente su dolor por la pérdida, solicitando respeto por la privacidad de su hijo y recordando a Payne como un ser humano amoroso y dedicado.

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A lo largo de su carrera, Liam se ocupó de invertir en bienes raíces y negocios que garantizaran el bienestar de su hijo. Entre sus adquisiciones destacan una mansión en Buckinghamshire, una casa para sus padres en West Midlands y una propiedad de lujo en Florida que compartía con su pareja Kate Cassidy. Aunque no dejó un testamento formal, sus acciones en vida reflejan una clara intención de asegurar el futuro de Bear, quien eventualmente podrá tomar el control de las empresas que su padre dejó como legado.