Hulk Hogan enfrentó el cáncer en silencio antes de morir
Hulk Hogan, ícono indiscutible de la lucha libre profesional, murió el pasado 24 de julio a los 71 años en su hogar en Florida. Aunque inicialmente se informó que su fallecimiento fue a causa de un infarto agudo al miocardio, un nuevo reporte del forense del condado de Pinellas reveló que el exluchador también libraba una silenciosa batalla contra leucemia linfocítica crónica y fibrilación auricular, enfermedades que nunca hizo públicas.
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Pese a su estado de salud deteriorado, Terry Gene Bollea, su nombre real, mantuvo su carácter positivo y su cercanía con los fanáticos. En redes sociales se le veía activo, aunque visiblemente más delgado. Su última aparición fue en un evento selecto, donde, como siempre, regaló sonrisas y energía a sus seguidores.

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El día de su muerte, los servicios de emergencia respondieron a una llamada por paro cardíaco. Fue trasladado de inmediato al hospital, pero los esfuerzos médicos no lograron salvarle la vida. La noticia provocó una ola de reacciones emotivas en todo el mundo del entretenimiento y el deporte. Su amigo y eterno rival, Ric Flair, escribió: “Gracias por tu amistad y tu legado. Te amo, hermano”.

Hulk Hogan fue mucho más que un luchador. Su estilo, su presencia y frases como “Whatcha gonna do when Hulkamania runs wild on you?” marcaron una generación. Más allá del cuadrilátero, su figura trascendió fronteras: protagonizó películas, series, cómics y hasta su propio reality show. Convirtió la lucha libre en un fenómeno cultural global, abriendo paso a figuras como The Rock y John Cena.
Su legado permanece en millones que lo vieron como un símbolo de fuerza y espectáculo. A pesar de las controversias, su impacto en la industria del entretenimiento es innegable. Hogan no solo hizo historia: la cambió para siempre.