Jamie Foxx finalmente ha hablado sobre la razón detrás de su hospitalización de emergencia el año pasado, revelando que fue debido a un severo dolor de cabeza que lo dejó inconsciente durante casi tres semanas. El ganador del Oscar, de 56 años, había mantenido en secreto la causa de su misteriosa enfermedad hasta ahora.

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En abril del año pasado, su hija Corinne Foxx había mencionado que su padre había sufrido una complicación médica, pero sin ofrecer más detalles, asegurando que gracias a la rápida atención médica estaba en vías de recuperación.

Recientemente, Jamie compartió con algunos de sus seguidores en Phoenix que todo comenzó con un intenso dolor de cabeza, por el cual tomó un Advil. En un video, se le ve chasqueando los dedos mientras cuenta: «Estuve fuera 20 días». Jamie admitió que no recuerda nada de su enfermedad y mencionó que estaba en Atlanta cuando fue hospitalizado, siendo su hermana y su hija quienes lo llevaron al primer médico que encontraron.

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Detrás de la cámara, Jamie mencionó que un médico posterior expresó preocupaciones adicionales sobre su condición, aunque no quiso entrar en detalles específicos.

Tres semanas después del primer anuncio de su hija sobre su emergencia médica, Jamie agradeció el apoyo recibido en Instagram, compartiendo: «¡Agradezco todo el amor! Me siento bendecido».

Corinne había tranquilizado a los seguidores diciendo que su padre había sido dado de alta y se estaba recuperando activamente, incluso jugando al pickleball. En julio pasado, Jamie ofreció más detalles sobre su experiencia hospitalaria, describiéndola como infernal, pero sin revelar un diagnóstico específico.

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El actor también expresó que atravesó por algo que nunca pensó que enfrentaría y destacó que nunca quedó ciego ni paralizado. Con emoción en los ojos, Jamie compartió que inicialmente no quería ser visto en su estado vulnerable, pero ahora está de regreso en el rodaje de la película «Back in Action» en Atlanta, junto a su coprotagonista Cameron Diaz, de 51 años, la misma película en la que estaba trabajando cuando enfermó.