El juez federal Arun Subramanian determinó que el rapero Sean “Diddy” Combs no fue víctima de discriminación racial por parte de los fiscales que lo acusan de liderar una red de crimen organizado y cometer delitos de tráfico sexual. En consecuencia, rechazó la petición de los abogados del artista para desestimar algunos de los cargos, al considerar que no presentaron evidencia suficiente de que la raza de Combs influyera en el proceder del gobierno. La defensa había argumentado que el caso carecía de precedentes, subrayando que ningún acusado blanco había enfrentado un proceso similar.

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El juez apoyó el razonamiento de los fiscales, quienes señalaron que la gravedad de las acusaciones y la extensión del comportamiento delictivo —presuntamente ocurrido entre 2004 y 2024— justificaban plenamente la formulación de cargos. “Lo que importa es la gravedad de lo que supuestamente hizo Combs, no su raza”, enfatizó Subramanian, al tiempo que desestimó las quejas del equipo legal del rapero sobre los métodos de arresto, los comunicados de prensa y las supuestas filtraciones, ya que no se presentó evidencia de sesgo racial en esas acciones.

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Diddy, de 55 años, se encuentra detenido sin derecho a fianza desde septiembre y enfrenta acusaciones graves como secuestro, incendio provocado, soborno y abuso sexual, además de operar una supuesta empresa criminal. Según la acusación, organizaba fiestas con consumo de drogas donde obligaba a mujeres a mantener relaciones con trabajadores sexuales mientras él las grababa. De ser declarado culpable, podría enfrentar una condena mínima de 15 años de prisión y, potencialmente, cadena perpetua.