Kim Kardashian sorprendió al público al confesar que fue diagnosticada con un aneurisma cerebral y que su salud física y emocional se deterioró por el estrés vivido durante su matrimonio con Kanye West. En el estreno de la séptima temporada de The Kardashians, la empresaria de 45 años aseguró que durante años sintió que debía “proteger con fuerza” su entorno familiar mientras enfrentaba los constantes escándalos del rapero.

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La fundadora de Skims reveló que su médico le detectó el aneurisma durante un examen de rutina y relacionó el padecimiento con los altos niveles de estrés derivados de su vida pública y la exposición mediática. Kim también contó que sufre nuevamente de psoriasis, una enfermedad que había mantenido controlada, pero que regresó a raíz de la tensión emocional. “Me sentí más estresada, probablemente solo porque tenía que proteger lo que tenía que proteger con mucha fuerza. Ahora mis hijos también están involucrados”, expresó conmovida.

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Kardashian admitió que llegó a experimentar una especie de “síndrome de Estocolmo”, pues a pesar de los conflictos, seguía sintiéndose responsable por Kanye y por mantener la estabilidad familiar. “Siempre lo protegí, siempre quise ayudarlo”, confesó. A pesar de las secuelas, Kim afirmó que hoy su prioridad es el bienestar de sus cuatro hijos —North, Saint, Chicago y Psalm— y su deseo de mantenerlos alejados del ruido mediático que marcó su pasado.