Jared Leto, el multifacético músico y actor, ha compartido recientemente un episodio oscuro en la historia de su banda, Thirty Seconds to Mars. A pesar de haber alcanzado un éxito rotundo con su álbum A Beautiful Lie en 2005, la banda se encontró atrapada en una deuda millonaria. Según Leto, vendieron millones de copias del álbum, pero en lugar de recibir ganancias, se dieron cuenta de que no solo no recibirían un centavo, sino que enfrentaban una deuda colosal impuesta por su disquera, EMI.

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El conflicto con EMI comenzó en 2008 cuando los hermanos Leto no entregaron el tercer álbum acordado en su contrato de cinco discos. Esto llevó a una disputa legal que culminó en una demanda por 30 millones de dólares. La experiencia fue tan intensa que los hermanos decidieron documentarla en el filme Artifact en 2012, donde se expone la cruda realidad de la industria musical y los desafíos que enfrentaron. Según Leto, la banda estuvo a punto de perder su música y ver sus sueños destruidos en los tribunales.

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Aunque la banda logró superar este obstáculo y firmar un nuevo contrato con Virgin Records, Jared Leto admite que las dificultades financieras persisten. Hoy en día, los músicos enfrentan numerosos desafíos para generar ingresos, y Leto afirma que la inflación y otros factores han hecho que sea casi imposible ganar dinero en la industria musical. Sin embargo, su pasión por la música permanece intacta, al punto de afirmar que lo haría gratis, destacando el placer de estar en el escenario y compartir con sus seguidores.