La rivalidad entre Kendrick Lamar y Drake marcó un antes y un después en la industria musical. Lo que comenzó como una competencia artística terminó convirtiéndose en una guerra de versos y acusaciones que traspasó la música, impactando la cultura pop y el negocio del entretenimiento. La tensión escaló hasta tal punto que, mientras Lamar consolidó su victoria en los escenarios y en los Grammy, Drake llevó la disputa a los tribunales.

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El conflicto tomó fuerza en 2024 cuando Lamar lanzó un verso en Like That, donde desacreditaba el concepto del “Big Three”, refiriéndose a Drake y J. Cole. En respuesta, el rapero canadiense estrenó Push Ups, en el que cuestionaba la autenticidad de Lamar y usaba inteligencia artificial para imitar las voces de Tupac y Snoop Dogg, lo que generó un gran rechazo en la industria. La disputa continuó con una serie de ataques musicales, siendo Not Like Us la canción que consolidó el dominio de Lamar.

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La culminación de esta batalla se dio en el Super Bowl 2025, donde Lamar fue el acto principal del Halftime Show. Su interpretación de Not Like Us, coreada por miles de personas, simbolizó su victoria en el conflicto. Además, la canción arrasó en los Grammy 2025, ganando en cinco categorías, incluyendo Canción del Año. Mientras Lamar se adueñaba de la escena, Drake enfrentaba una crisis de imagen e incluso optó por medidas legales contra Universal Music Group. Esta rivalidad no solo redefinió el hip-hop, sino que dejó una huella imborrable en la cultura musical.